Política

Con Urbanidad

Por: Vicente Hernández

“Es propio de hombres de cabezas medianas embestir contra todo aquello que no les cabe en la cabeza.”


‹Antonio Machado›

En la ciudad de Cuernavaca Morelos en donde residía desde hace ya varios años, muere el ex presidente de México Luis Echeverria Álvarez a la edad de 100 años, quien siendo presidente guio a México por un accidentado camino de izquierda en la década de 1970. Don Luis fue un ave de tempestades hasta su muerte, ya que entre otras acusaciones está la de haber orquestado el golpe en contra de Julio Scherer García director del periódico Excelsior.


Se le acuso también de ser responsable de la matanza del 2 de octubre de 1968 cuando tenia el cargo de Secretario de Gobernación, igualmente del Halconazo de 1971 o del jueves de Corpus, y en lo que fue conocido como “La guerra sucia” entre 1960-1980, donde Echeverria jugo un importante papel, ya que es señalado de haber mandado acabar con la guerrilla comandadas por Lucio Cabañas y Genaro Vázquez Rojas quienes fueron asesinados, más adelante fueron desaparecidas todas aquellas personas que eran de “izquierda” estudiantes, intelectuales, y artistas fueron las víctimas.
Quiso el destino, o quizás el Karma, que Luis Echeverria falleciera precisamente el día que se cumplieron 46 años del artero golpe al cooperativismo en el periódico Excelsior, que para mí es un antes y un después del periodismo con ideario ético, con propósito de informar y educar, de un periodismo de investigación, crítico e inquebrantable, y por esta razón dedico mi texto a recordar este lamentable acontecimiento.
La mañana del 8 de julio de 1976, el nerviosismo campeaba en las oficinas del diario independiente Excélsior, entre el equipo de reporteros, columnistas, caricaturistas, intelectuales y trabajadores que conformaban el periódico más importante de América Latina, bajo la dirección de Julio Scherer García quien había asumido la dirección del diario en 1968.
La causa de este nerviosismo radicaba en la presión que ejercía sobre ellos Víctor Payan, quien era integrante de la Asamblea Extraordinaria Definitiva, una asamblea formada al vapor que designo a Regino Diaz Redondo, quien en realidad nunca ejerció una carrera periodística, sino que fue usado como comparsa, y organizador del golpe de estado en contra de Excelsior, e impuesto por el gobierno de Luis Echeverria, la orden fue que tenían 15 minutos para abandonar el periódico o sufrir el enfrentamiento con grupos de choque, policía uniformada, y agentes del servicio secreto, todos empistolados que no ocultaban sus armas, por el contrario las lucían.


Y no tardaron en escucharse los balazos, los gritos insultantes de parte de los golpistas hacia los periodistas que empezaron a entrar en pánico, pánico que se desfloro como un avispero, y así bajaron las escaleras despavoridos, algunos se ocultaron en otras oficinas, mientras Federico Méndez Pombo era herido ante la presencia de Carlos Marín, Maruxa Vilalta, Gastón García Cantú y Abel Quezada lograron llegar a la planta baja, Hero Rodríguez Toro sufrió un infarto antes de que allanaran su oficina, y entre su hijo y su secretaria lograron trasladarlo hasta el hospital ABC donde falleció poco después.


Finalmente, el grupo encabezado Por Don Julio salió del edificio, no sin antes escuchar los gritos de ¡fuera! ¡fuera! ¡fuera! emitidos por ensombrerados, y trabajadores desleales a Julio, los primeros en salir acompañando a don Julio fueron: Gastón García Cantú, Miguel Ángel Granados Chapa, Abel Quezada, Hero Rodríguez hijo, Armando Vargas, Arnulfo Uzeta, Jorge Villa, Vicente Leñero, y muchos más colaboradores, que en un acto de solidaridad abrazaron todos a su gerente y a su director.


En los siguientes meses la mayor parte de los reporteros se fueron dispersando y diluyendo poco, a poco en otros diarios, en otras publicaciones, y después de haber sido encarcelado, acusado del delito de “Sedición Social” y de ser un comunista al servicio de Fidel Castro, y la guerrilla Sandinista, Julio Scherer sale de su injusto encarcelamiento durante el primer trimestre de gobierno de José López Portillo.
Jacobo Zabludovsky deformo esa noche los acontecimientos en su noticiero 24 horas, en una actitud servil a Echeverria, actitud que continuo con todos los presidentes priistas que vinieron después, e informo a su teleauditorio que el zafarrancho de Excelsior ocurrió después de haberse celebrado una asamblea celebrada en absoluto orden, y en cabal cumplimiento de los estatutos, y que el desorden fue provocado por el grupo de Julios Scherer, descontentos porque su director y su gerente habían sido destituidos.
Zabludovsky encomendó al entonces reportero de 24 horas Ricardo Rocha, una entrevista con Regino Diaz Redondo, quien lamento lo hechos, las muertes, los heridos, “Pero ya todo está en calma, rescatamos el periódico, y hoy empieza una nueva época para Excelsior al servicio de la verdad y el País”.


Todo parecía haber acabado para Julio Scherer y su grupo, pero 4 meses después el 6 noviembre de 1976 del golpe a Excelsior, y en plena libertad, se hace realidad un proyecto que venían construyendo Julio Scherer, Miguel Ángel Granados Chapa, Vicente Leñero y Armando Ponce entre otros, la revista semanal Proceso.

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