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Temas para la escuela para padres

NOTICIERO

Temas para la escuela para padres::: Thomas Alva Edison era enfermo mental::: Su mamá lo transformó en genio::: La madre heroica::: En la soledad, busco un amor::: A pesar de vivir en pareja, lo tiene cerca pero no lo ve, ni lo aprecia, ni lo valora::: ¿Para qué tener un hijo no deseado?

HECTOR MIGUEL CHAVEZ

hectormiguelchavez@gmail.com

H. Matamoros, Tam.- Los siguientes tres temas podrían ser un asunto de resultados muy constructivos en las escuelas para padres. Dicen así:

Uno de los caminos más complicados que transitamos en la vida es el de aprender a ser padres.

Cometemos muchos errores y tenemos muchos aciertos, y eso se refleja cuando los hijos crecen, y como le dijo una vez el emperador a su hijo cuando estaba por decidir la sucesión del trono y este hijo no era el elegido: “Los errores que veo en ti, son mis fallas como padre.

MADRE HEROICA

Un día Thomas Edison llegó a casa y le dio a su mamá una nota. Él le dijo a ella.”Mi maestro me dio esta nota y me dijo que sólo se la diera a mi madre.”

Los ojos de su madre estaban llenos de lágrimas cuando ella leyó en voz alta la carta que le trajo su hijo.

“Su hijo es un genio, esta escuela es muy pequeña para él y no tenemos buenos maestros para enseñarlo, por favor enséñele usted”.

Muchos años después la madre de Edison falleció, y él fue uno de los más grandes inventores del siglo. Un día él estaba mirando algunas cosas viejas de la familia. Repentinamente él vio un papel doblado en el marco de un dibujo en el escritorio. Él lo tomó y lo abrió. En el papel estaba escrito: “su hijo está mentalmente enfermo y no podemos permitirle que venga más a la escuela.”

Edison lloró por horas, entonces él escribió en su diario: “Thomas Alva Edison fue un niño mentalmente enfermo, pero gracias a una madre heroica se convirtió en el genio del siglo.”

BUSCO UN AMOR

Es la voz de la soledad en la búsqueda de la felicidad. Un mensaje como para reflexionar porque la carencia del amor no es solo para quienes viven en la soledad, sino para quienes viven en pareja o está junto a ustedes, pero ocurre que lo tienen tan a la mano que no lo saben reconocer, no lo han valorado y no lo pueden ver.

Encontrarlo es el gran paso para la felicidad. El mensaje de la red dice así:

Deseo un amor que me quite los estragos de amores pasados…

Que me bese un poquito el alma, que funda en mi mirada la suya llena de cariño, amor y deseos…

Pero también, que mi corazón entienda que la tristeza no es el fin del mundo…

Que el amor siempre debe ser sincero, loco y nada coherente…

Que el amor siempre te hará mejor persona, aunque algunas veces duela…

Que debo amarme siempre a mí mismo…

Y que el amor debe hacerte crecer…

Deseo amar a alguien y que mire mi corazón con ganas de amar siempre…

NO TENGAMOS UN HIJO

He aquí los resultados de un hijo no deseado:

No tengamos un hijo si pretendemos saciar así un caprichoso deseo de posesión

Si vamos a amenazar con devolverlo o llamar a la policía cada vez que no haga lo que queremos

Si vamos a sacarle el pañal cuando nos convenga o nos resulte más cómodo y no cuando él esté realmente preparado

Si vamos a depositarlo frente al televisor para poder entretenernos con nuestras cosas.

Si vamos a forzarlo a “la siesta obligatoria” para que no haga ruido y nos deje dormir tranquilos.

Si cada vez que nos pida por la noche que le contemos un cuento, le vamos a prometer hacerlo al día siguiente, cuando estemos menos cansados.

Si vamos a condenarlo a practicar el deporte que nos gusta a nosotros y que a él no le despierta el más mínimo interés.

Si vamos a enojarnos porque juega revolcándose por el piso y se vive ensuciando la ropa nueva.

Si vamos a recordarle cada cinco minutos lo bien que hacíamos las cosas cuando teníamos su edad.

Si vamos a retarlo con violencia mientras le decimos con gesto desencajado: ¡ ya te dije que no se grita!

Si le hacemos sentir que no sirve para nada porque se le cae un insignificante vaso de leche.

Si vamos a utilizarlo como trofeo de guerra de nuestro divorcio, o a hacerle elegir con quién de los dos prefiere vivir.

Si creemos que pasar tiempo con él es llevarlo a que se aburra en nuestro trabajo o a que nos acompañe a hacer trámites bancarios.

Si va a ser el pequeño depositario de toda la bronca que tenemos acumulada contra el jefe o la vida.

Si vamos a facturarle todos los gastos económicos que nos insume su existencia.

Si vamos a echarle en cara lo mal que jugó el partido por no haber hecho caso a todo lo que le gritamos ininterrumpidamente desde afuera de la cancha.

Si va a agotar nuestra paciencia, apenas un ratito después de habernos sentado a ayudarlo con su tarea, sentenciándole: ¡¿cómo no entiendes esto?!

Si vamos a exponerlo ante los demás haciéndole escenas en lugares públicos y recriminándole lo mal que nos hace quedar con los otros padres del colegio.

Si vamos a dejarlo que nos mire con amor casi suplicante, mientras nosotros lo matamos literalmente con la indiferencia.

Si no somos capaces de sacarnos alguna vez la corbata, transformarla en parche de pirata y hacer un barco con las sillas del comedor.

Si vamos a derivarlo a otros para que lo eduquen mientras nosotros andamos ocupados en tareas importantísimas.

Si nunca, pero nunca, pero nunca, vamos a tener la grandeza de arrodillarnos y ver el mundo desde el lugar que él lo mira.

No tengamos un hijo si vamos a pretender darle todo lo que necesita para ser feliz, menos a quién necesita para serlo de verdad.

Tengamos un hijo porque aún cayendo en algunas de las debilidades anteriores; la vida, cada día, nos da una nueva oportunidad de reconciliarnos con ella.

Tengamos un hijo porque pese a que podríamos concentrarnos en descubrir los trucos de ese pequeño mago, y jactarnos de ello, es mucho más sabio sentarnos, simple y plácidamente, a disfrutar de la magia que nos regala.

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