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Hago trabajo político, no electoral : gobernador interino de NL

Aunque sabe que de acuerdo con la Ley será interino por seis meses, los subalternos le llaman gobernador pues, constitucionalmente lo es, hasta que su amigo y jefe político Jaime Rodríguez Calderón termine su proyecto político buscando la Presidencia de México y regrese al puesto.

Entrevistado en el Palacio de Gobierno, luego de que en los primeros minutos del año nuevo los diputados locales le tomaran protesta, González Flores no quiere boato ni caravanas, pues sabe que el puesto es momentáneo y no deberá acostumbrarse mucho a él, ya que tendrá que regresarlo pronto.

“Le decía a Jaime que se siente medio raro esto y muy rápido tengo que ser gobernador. No creo tardarme mucho en encontrarle el modo. Tal vez en cuestión de una semana las aguas vuelvan a su nivel. Las emociones y la adrenalina se vuelven cotidianas y claro que van a venir acompañadas con mucho trabajo”, dice el interino, quien comienza a hacerse a la idea de ser llamado gobernador.

De hecho, quiere una gestión discreta, en la que ni siquiera se note que tuvo un período de transición, mientras su jefe, El Bronco, se ocupaba de refundar México con una candidatura que él asegura, será ganadora.

Afirma que, mientras esté afuera, Jaime Rodríguez no se involucrará en los asuntos de gobierno (Proceso 2149).

“Jaime se va a concentrar en la campaña con toda intensidad y en este tiempo nosotros vamos a tomar las decisiones. Precisamente por eso sugiere y es a propuesta del Congreso, como sucedió, que se designa un gobernador interino. No, no va a tener intervención. Suficiente chamba trae allá en campaña, para todavía estar volteando a ver esto”, dice.

Gestión “discreta”

González, un abogado que en el pasado fue diputado local del PRI, forma parte del proyecto político del Bronco. En la campaña del 2015 fue uno de los principales estrategas y todavía, primero como secretario General de Gobierno y ahora como mandatario interino, se presenta unido al mismo plan del precandidato presidencial.

Jaime Rodríguez tuvo que enfrentar cuestionamientos por su licencia, luego de prometer que no iba a “chapulinear”. Cuando se le pregunta sobre el tema, Manuel González pide que los cuestionamientos los dirijan directamente a su jefe. Sin embargo, no deja de señalar que antes de pedir permiso para emprender la búsqueda de la presidencia, El Ranchero de Pablillo cumplió son sus propósitos ante los nuevoleoneses.

“Cuando salimos del triunfo electoral, Jaime Rodríguez nos comentó que había de dividir el sexenio, y así lo hicimos, en tres etapas de dos años. Y planteó, como algo lógico y sensato, que lo primero era modificar las estructuras del gobierno para modificarlas como creíamos que debía ser. Y en primer lugar nos avocamos a reducir los tramos administrativos”, recuerda.

En estos reajustes, dice, enmendaron el trabajo de la Tesorería que, como inercia burocrática, acostumbraba recibir dinero y gastarlo. Entonces buscaron equilibrio entre los trabajos de las Secretarías de Administración y la de Finanzas.

Hubo reajustes en la dirección de Agricultura, que necesitaba mayor peso y se transformó en Secretaría estatal. De igual manera, la Secretaría del Trabajo, que estaba inflada, se convirtió en una subsecretaría y se incorporó a la Secretaría de Desarrollo Económico. Obras Públicas se redujo y se incorporó al área de Infraestructura.

El adecuado funcionamiento de la estructura administrativa permite al estado concentrarse en los cinco grandes proyectos que se plantearon de inicio y que fueron tomados de opiniones y análisis presentados por el Consejo de Planeación del Estado, que plantea una visión hacia el año 2030.

Desde el inicio del sexenio se enfocaron en los ejes de seguridad; movilidad y transporte; infraestructura social; transparencia y combate a la corrupción; y reconstrucción del tejido social.

Y el plan avanza, asegura. El entrevistado señala que él tampoco trabajará para conseguirle votos a su gallo presidencial. Lo que sí puede hacer, afirma, es mantener el estado en funcionamiento, lo cuál sería la mejor propaganda para que El Bronco luzca mejor fuera de Nuevo León.

“La mejor carta de presentación que tiene, para mí, el mejor candidato a la presidencia que es Jaime Rodríguez, es un gran gobierno aquí, que él ha llevado y que le vamos a consolidar en estos meses. Él puede presumir que los índices de delincuencia van a la baja, que se canceló Monterrey VI, con lo que nos ahorramos 65 mil millones de pesos y ahora, con 300 millones podemos tener reserva de agua para 10 años más”.

“Gracias al esfuerzo conjunto del Legislativo y el Ejecutivo retiramos la tenencia vehicular. Llegamos a un gobierno que tenía un déficit de 9 mil millones de pesos, y gracias al Ejecutivo, ahora terminaremos 2 mil millones, estabilizando más el presupuesto. Para finales del 2019 estaremos estabilizándolo por completo. Todo eso son cartas de presentación de un muy buen candidato”, presume.

Estado “en ascenso”

Afirma que, comparándose con su propio trabajo, en estos poco más de dos años de gestión, los índices delictivos han disminuido hasta en un 25% en el rubro de los robos: a persona, a casa habitación, a coche y a negocio. Homicidios también han disminuido, de acuerdo a los estándares nacionales.

Presume que en el gobierno independiente 18 mil jóvenes que reciben transporte gratis a cambio de servicio a la comunidad. Hay 5 mil alumnos en colegios y preparatorias militares y otros 16 mil alumnos en una universidad ciudadana virtual, todos accediendo a educación gratuita.

Hay hospitales que serán terminados y más de 200 mil kilómetros de carreteras en el sur del estado que ya tienen mantenimiento. El estado sigue en ascenso, asegura.

Al asumir que a favor de Jaime hará trabajo político, que no electoral, dice que la elección para presidente será menos complicada que la de gobernador, pues en aquel entonces, el aspirante partió de cero y ahora inicia su precampaña luego de haber sido gobernador de uno de los estados más importantes de México.

“El Bronco” estará en Los Pinos

Quien se espera que sea gobernador hasta que se celebren las elecciones del 1 de julio del 2018, ve a su amigo como el próximo presidente de la República. Está convencido en el proyecto de El Bronco y cree que el 1 de diciembre próximo se estará mudando a Los Pinos.

Jaime Rodríguez pidió licencia por seis meses. Hubo una intensa especulación semanas antes de que se separara del puesto, sobre la posibilidad de que fueran celebradas elecciones extraordinarias en Nuevo León, por ausencia del jefe del Ejecutivo Estatal.

González Flores explica que el supuesto ocurriría sólo si el gobernador electo se ausentara de manera definitiva en los primeros tres años de mandato. Esta posibilidad no ocurrirá, asegura, pues independientemente del resultado de los comicios, el ahora precandidato regresará a su puesto en uno de los diez días posteriores al fin de su licencia.

Supone el interino que Jaime regresará a gobernar Nuevo León después de haber sido declarado vencedor en las elecciones presidenciales. Con el nombramiento de Presidente electo, seguirá como encargado de la entidad hasta pasar el 4 de octubre, fecha en que se cumple el primer trienio de su administración.

En su optimista visión del futuro, González señala que, al pasar esa fecha, no habrá necesidad de elección. El Congreso local elegirá un sustituto permanente, por los siguientes tres años, y Jaime le dejará el puesto para convertirse en el primer presidente sin partido en la historia de México.

“Jaime se fue en busca de la libertad de los mexicanos. Hace dos años y medio encontramos una ciudadanía de Nuevo León muy molesta, por impunidad y corrupción, flagelos que asolan a las sociedades modernas. Ahora que Jaime sale al país encuentra el mismo malestar”, dice.

Para que el ahora aspirante a la Presidencia obtuviera el permiso del PRI y el PAN, para que pudiera partir a su cruzada democratizadora, no hubo negociación con el gobierno federal que habría operado para que el Congreso Local le permitiera irse, con el objetivo de restarle votos a Andrés Manuel López Obrador, como se ha especulado, afirma González Flores.

En el pasado, cuando los escépticos supusieron componendas similares, para que El Bronco se postulara como gobernador, se encontraron con la sorpresa de que obtuvo el triunfo mayor en la historia política de la entidad.

“Pregúntele a los priistas de aquí, de hace dos años, a ver si le quitamos votos a alguien. Ni todos juntos los candidatos podían alcanzar a Jaime con los votos. Si quiere encontrar una respuesta a eso, pregúntele también a los de Acción Nacional. Lo mismo mencionaban los periodistas en aquel entonces en el estado: ‘Jaime se va a quedar en el camino, o va a negociar, o le va a quitar votos a este o a ayudar al otro’. Pregúnteles cómo les fue. Es una especulación sin ningún sustento”, dice.

González Flores, en lo personal no ve su futuro político fuera de Nuevo León. Si el voto de los mexicanos hace ganar al aspirante norteño, él estará en posición de relevarlo en el puesto como sustituto. Pero en lugar de contemplarse como relevo, esperará que el Congreso local tome la determinación.

“Que yo estoy cerca de esa posibilidad, no lo sé, tal vez, ojalá me vaya bien. Pero mientras no cometa errores y lleve un buen trabajo, formo parte del gabinete y soy de Nuevo León. Si fuera de otro estado o colombiano, no podría ser gobernador sustituto, pero si soy de aquí y hago buen papel, no puedo decir que no existe esa posibilidad”, señala.

En lo inmediato, apuesta a un trabajo discreto. No efectuará acciones espectaculares, ni pronunciamientos atronadores.

“No vengo a crear turbulencias. Por el contrario vengo a hacer que no se sienta el cambio. Si la sociedad no se acuerda de su gobernante, es que hay un gran gobierno. Pero si lo recuerda, porque está muy expuesto o porque no hace lo conducente, está mal. Yo vengo a ser un nuevoleonés normal, con experiencia, sí, pero haré mi mejor esfuerzo seis meses. Nada más. No vengo a creer que en ese tiempo puedo ser paladín de la justicia o arcángel del bienestar social”, concluye.

Entrevistado en el Palacio de Gobierno, luego de que en los primeros minutos del año nuevo los diputados locales le tomaran protesta, González Flores no quiere boato ni caravanas, pues sabe que el puesto es momentáneo y no deberá acostumbrarse mucho a él, ya que tendrá que regresarlo pronto.

“Le decía a Jaime que se siente medio raro esto y muy rápido tengo que ser gobernador. No creo tardarme mucho en encontrarle el modo. Tal vez en cuestión de una semana las aguas vuelvan a su nivel. Las emociones y la adrenalina se vuelven cotidianas y claro que van a venir acompañadas con mucho trabajo”, dice el interino, quien comienza a hacerse a la idea de ser llamado gobernador.

De hecho, quiere una gestión discreta, en la que ni siquiera se note que tuvo un período de transición, mientras su jefe, El Bronco, se ocupaba de refundar México con una candidatura que él asegura, será ganadora.

Afirma que, mientras esté afuera, Jaime Rodríguez no se involucrará en los asuntos de gobierno (Proceso 2149).

“Jaime se va a concentrar en la campaña con toda intensidad y en este tiempo nosotros vamos a tomar las decisiones. Precisamente por eso sugiere y es a propuesta del Congreso, como sucedió, que se designa un gobernador interino. No, no va a tener intervención. Suficiente chamba trae allá en campaña, para todavía estar volteando a ver esto”, dice.

Gestión “discreta”

González, un abogado que en el pasado fue diputado local del PRI, forma parte del proyecto político del Bronco. En la campaña del 2015 fue uno de los principales estrategas y todavía, primero como secretario General de Gobierno y ahora como mandatario interino, se presenta unido al mismo plan del precandidato presidencial.

Jaime Rodríguez tuvo que enfrentar cuestionamientos por su licencia, luego de prometer que no iba a “chapulinear”. Cuando se le pregunta sobre el tema, Manuel González pide que los cuestionamientos los dirijan directamente a su jefe. Sin embargo, no deja de señalar que antes de pedir permiso para emprender la búsqueda de la presidencia, El Ranchero de Pablillo cumplió son sus propósitos ante los nuevoleoneses.

“Cuando salimos del triunfo electoral, Jaime Rodríguez nos comentó que había de dividir el sexenio, y así lo hicimos, en tres etapas de dos años. Y planteó, como algo lógico y sensato, que lo primero era modificar las estructuras del gobierno para modificarlas como creíamos que debía ser. Y en primer lugar nos avocamos a reducir los tramos administrativos”, recuerda.

En estos reajustes, dice, enmendaron el trabajo de la Tesorería que, como inercia burocrática, acostumbraba recibir dinero y gastarlo. Entonces buscaron equilibrio entre los trabajos de las Secretarías de Administración y la de Finanzas.

Hubo reajustes en la dirección de Agricultura, que necesitaba mayor peso y se transformó en Secretaría estatal. De igual manera, la Secretaría del Trabajo, que estaba inflada, se convirtió en una subsecretaría y se incorporó a la Secretaría de Desarrollo Económico. Obras Públicas se redujo y se incorporó al área de Infraestructura.

El adecuado funcionamiento de la estructura administrativa permite al estado concentrarse en los cinco grandes proyectos que se plantearon de inicio y que fueron tomados de opiniones y análisis presentados por el Consejo de Planeación del Estado, que plantea una visión hacia el año 2030.

Desde el inicio del sexenio se enfocaron en los ejes de seguridad; movilidad y transporte; infraestructura social; transparencia y combate a la corrupción; y reconstrucción del tejido social.

Y el plan avanza, asegura. El entrevistado señala que él tampoco trabajará para conseguirle votos a su gallo presidencial. Lo que sí puede hacer, afirma, es mantener el estado en funcionamiento, lo cuál sería la mejor propaganda para que El Bronco luzca mejor fuera de Nuevo León.

“La mejor carta de presentación que tiene, para mí, el mejor candidato a la presidencia que es Jaime Rodríguez, es un gran gobierno aquí, que él ha llevado y que le vamos a consolidar en estos meses. Él puede presumir que los índices de delincuencia van a la baja, que se canceló Monterrey VI, con lo que nos ahorramos 65 mil millones de pesos y ahora, con 300 millones podemos tener reserva de agua para 10 años más”.

“Gracias al esfuerzo conjunto del Legislativo y el Ejecutivo retiramos la tenencia vehicular. Llegamos a un gobierno que tenía un déficit de 9 mil millones de pesos, y gracias al Ejecutivo, ahora terminaremos 2 mil millones, estabilizando más el presupuesto. Para finales del 2019 estaremos estabilizándolo por completo. Todo eso son cartas de presentación de un muy buen candidato”, presume.

Estado “en ascenso”

Afirma que, comparándose con su propio trabajo, en estos poco más de dos años de gestión, los índices delictivos han disminuido hasta en un 25% en el rubro de los robos: a persona, a casa habitación, a coche y a negocio. Homicidios también han disminuido, de acuerdo a los estándares nacionales.

Presume que en el gobierno independiente 18 mil jóvenes que reciben transporte gratis a cambio de servicio a la comunidad. Hay 5 mil alumnos en colegios y preparatorias militares y otros 16 mil alumnos en una universidad ciudadana virtual, todos accediendo a educación gratuita.

Hay hospitales que serán terminados y más de 200 mil kilómetros de carreteras en el sur del estado que ya tienen mantenimiento. El estado sigue en ascenso, asegura.

Al asumir que a favor de Jaime hará trabajo político, que no electoral, dice que la elección para presidente será menos complicada que la de gobernador, pues en aquel entonces, el aspirante partió de cero y ahora inicia su precampaña luego de haber sido gobernador de uno de los estados más importantes de México.

“El Bronco” estará en Los Pinos

Quien se espera que sea gobernador hasta que se celebren las elecciones del 1 de julio del 2018, ve a su amigo como el próximo presidente de la República. Está convencido en el proyecto de El Bronco y cree que el 1 de diciembre próximo se estará mudando a Los Pinos.

Jaime Rodríguez pidió licencia por seis meses. Hubo una intensa especulación semanas antes de que se separara del puesto, sobre la posibilidad de que fueran celebradas elecciones extraordinarias en Nuevo León, por ausencia del jefe del Ejecutivo Estatal.

González Flores explica que el supuesto ocurriría sólo si el gobernador electo se ausentara de manera definitiva en los primeros tres años de mandato. Esta posibilidad no ocurrirá, asegura, pues independientemente del resultado de los comicios, el ahora precandidato regresará a su puesto en uno de los diez días posteriores al fin de su licencia.

Supone el interino que Jaime regresará a gobernar Nuevo León después de haber sido declarado vencedor en las elecciones presidenciales. Con el nombramiento de Presidente electo, seguirá como encargado de la entidad hasta pasar el 4 de octubre, fecha en que se cumple el primer trienio de su administración.

En su optimista visión del futuro, González señala que, al pasar esa fecha, no habrá necesidad de elección. El Congreso local elegirá un sustituto permanente, por los siguientes tres años, y Jaime le dejará el puesto para convertirse en el primer presidente sin partido en la historia de México.

“Jaime se fue en busca de la libertad de los mexicanos. Hace dos años y medio encontramos una ciudadanía de Nuevo León muy molesta, por impunidad y corrupción, flagelos que asolan a las sociedades modernas. Ahora que Jaime sale al país encuentra el mismo malestar”, dice.

Para que el ahora aspirante a la Presidencia obtuviera el permiso del PRI y el PAN, para que pudiera partir a su cruzada democratizadora, no hubo negociación con el gobierno federal que habría operado para que el Congreso Local le permitiera irse, con el objetivo de restarle votos a Andrés Manuel López Obrador, como se ha especulado, afirma González Flores.

En el pasado, cuando los escépticos supusieron componendas similares, para que El Bronco se postulara como gobernador, se encontraron con la sorpresa de que obtuvo el triunfo mayor en la historia política de la entidad.

“Pregúntele a los priistas de aquí, de hace dos años, a ver si le quitamos votos a alguien. Ni todos juntos los candidatos podían alcanzar a Jaime con los votos. Si quiere encontrar una respuesta a eso, pregúntele también a los de Acción Nacional. Lo mismo mencionaban los periodistas en aquel entonces en el estado: ‘Jaime se va a quedar en el camino, o va a negociar, o le va a quitar votos a este o a ayudar al otro’. Pregúnteles cómo les fue. Es una especulación sin ningún sustento”, dice.

González Flores, en lo personal no ve su futuro político fuera de Nuevo León. Si el voto de los mexicanos hace ganar al aspirante norteño, él estará en posición de relevarlo en el puesto como sustituto. Pero en lugar de contemplarse como relevo, esperará que el Congreso local tome la determinación.

“Que yo estoy cerca de esa posibilidad, no lo sé, tal vez, ojalá me vaya bien. Pero mientras no cometa errores y lleve un buen trabajo, formo parte del gabinete y soy de Nuevo León. Si fuera de otro estado o colombiano, no podría ser gobernador sustituto, pero si soy de aquí y hago buen papel, no puedo decir que no existe esa posibilidad”, señala.

En lo inmediato, apuesta a un trabajo discreto. No efectuará acciones espectaculares, ni pronunciamientos atronadores.

“No vengo a crear turbulencias. Por el contrario vengo a hacer que no se sienta el cambio. Si la sociedad no se acuerda de su gobernante, es que hay un gran gobierno. Pero si lo recuerda, porque está muy expuesto o porque no hace lo conducente, está mal. Yo vengo a ser un nuevoleonés normal, con experiencia, sí, pero haré mi mejor esfuerzo seis meses. Nada más. No vengo a creer que en ese tiempo puedo ser paladín de la justicia o arcángel del bienestar social”, concluye.

Entrevistado en el Palacio de Gobierno, luego de que en los primeros minutos del año nuevo los diputados locales le tomaran protesta, González Flores no quiere boato ni caravanas, pues sabe que el puesto es momentáneo y no deberá acostumbrarse mucho a él, ya que tendrá que regresarlo pronto.

“Le decía a Jaime que se siente medio raro esto y muy rápido tengo que ser gobernador. No creo tardarme mucho en encontrarle el modo. Tal vez en cuestión de una semana las aguas vuelvan a su nivel. Las emociones y la adrenalina se vuelven cotidianas y claro que van a venir acompañadas con mucho trabajo”, dice el interino, quien comienza a hacerse a la idea de ser llamado gobernador.

De hecho, quiere una gestión discreta, en la que ni siquiera se note que tuvo un período de transición, mientras su jefe, El Bronco, se ocupaba de refundar México con una candidatura que él asegura, será ganadora.

Afirma que, mientras esté afuera, Jaime Rodríguez no se involucrará en los asuntos de gobierno (Proceso 2149).

“Jaime se va a concentrar en la campaña con toda intensidad y en este tiempo nosotros vamos a tomar las decisiones. Precisamente por eso sugiere y es a propuesta del Congreso, como sucedió, que se designa un gobernador interino. No, no va a tener intervención. Suficiente chamba trae allá en campaña, para todavía estar volteando a ver esto”, dice.

Gestión “discreta”

González, un abogado que en el pasado fue diputado local del PRI, forma parte del proyecto político del Bronco. En la campaña del 2015 fue uno de los principales estrategas y todavía, primero como secretario General de Gobierno y ahora como mandatario interino, se presenta unido al mismo plan del precandidato presidencial.

Jaime Rodríguez tuvo que enfrentar cuestionamientos por su licencia, luego de prometer que no iba a “chapulinear”. Cuando se le pregunta sobre el tema, Manuel González pide que los cuestionamientos los dirijan directamente a su jefe. Sin embargo, no deja de señalar que antes de pedir permiso para emprender la búsqueda de la presidencia, El Ranchero de Pablillo cumplió son sus propósitos ante los nuevoleoneses.

“Cuando salimos del triunfo electoral, Jaime Rodríguez nos comentó que había de dividir el sexenio, y así lo hicimos, en tres etapas de dos años. Y planteó, como algo lógico y sensato, que lo primero era modificar las estructuras del gobierno para modificarlas como creíamos que debía ser. Y en primer lugar nos avocamos a reducir los tramos administrativos”, recuerda.

En estos reajustes, dice, enmendaron el trabajo de la Tesorería que, como inercia burocrática, acostumbraba recibir dinero y gastarlo. Entonces buscaron equilibrio entre los trabajos de las Secretarías de Administración y la de Finanzas.

Hubo reajustes en la dirección de Agricultura, que necesitaba mayor peso y se transformó en Secretaría estatal. De igual manera, la Secretaría del Trabajo, que estaba inflada, se convirtió en una subsecretaría y se incorporó a la Secretaría de Desarrollo Económico. Obras Públicas se redujo y se incorporó al área de Infraestructura.

El adecuado funcionamiento de la estructura administrativa permite al estado concentrarse en los cinco grandes proyectos que se plantearon de inicio y que fueron tomados de opiniones y análisis presentados por el Consejo de Planeación del Estado, que plantea una visión hacia el año 2030.

Desde el inicio del sexenio se enfocaron en los ejes de seguridad; movilidad y transporte; infraestructura social; transparencia y combate a la corrupción; y reconstrucción del tejido social.

Y el plan avanza, asegura. El entrevistado señala que él tampoco trabajará para conseguirle votos a su gallo presidencial. Lo que sí puede hacer, afirma, es mantener el estado en funcionamiento, lo cuál sería la mejor propaganda para que El Bronco luzca mejor fuera de Nuevo León.

“La mejor carta de presentación que tiene, para mí, el mejor candidato a la presidencia que es Jaime Rodríguez, es un gran gobierno aquí, que él ha llevado y que le vamos a consolidar en estos meses. Él puede presumir que los índices de delincuencia van a la baja, que se canceló Monterrey VI, con lo que nos ahorramos 65 mil millones de pesos y ahora, con 300 millones podemos tener reserva de agua para 10 años más”.

“Gracias al esfuerzo conjunto del Legislativo y el Ejecutivo retiramos la tenencia vehicular. Llegamos a un gobierno que tenía un déficit de 9 mil millones de pesos, y gracias al Ejecutivo, ahora terminaremos 2 mil millones, estabilizando más el presupuesto. Para finales del 2019 estaremos estabilizándolo por completo. Todo eso son cartas de presentación de un muy buen candidato”, presume.

Estado “en ascenso”

Afirma que, comparándose con su propio trabajo, en estos poco más de dos años de gestión, los índices delictivos han disminuido hasta en un 25% en el rubro de los robos: a persona, a casa habitación, a coche y a negocio. Homicidios también han disminuido, de acuerdo a los estándares nacionales.

Presume que en el gobierno independiente 18 mil jóvenes que reciben transporte gratis a cambio de servicio a la comunidad. Hay 5 mil alumnos en colegios y preparatorias militares y otros 16 mil alumnos en una universidad ciudadana virtual, todos accediendo a educación gratuita.

Hay hospitales que serán terminados y más de 200 mil kilómetros de carreteras en el sur del estado que ya tienen mantenimiento. El estado sigue en ascenso, asegura.

Al asumir que a favor de Jaime hará trabajo político, que no electoral, dice que la elección para presidente será menos complicada que la de gobernador, pues en aquel entonces, el aspirante partió de cero y ahora inicia su precampaña luego de haber sido gobernador de uno de los estados más importantes de México.

“El Bronco” estará en Los Pinos

Quien se espera que sea gobernador hasta que se celebren las elecciones del 1 de julio del 2018, ve a su amigo como el próximo presidente de la República. Está convencido en el proyecto de El Bronco y cree que el 1 de diciembre próximo se estará mudando a Los Pinos.

Jaime Rodríguez pidió licencia por seis meses. Hubo una intensa especulación semanas antes de que se separara del puesto, sobre la posibilidad de que fueran celebradas elecciones extraordinarias en Nuevo León, por ausencia del jefe del Ejecutivo Estatal.

González Flores explica que el supuesto ocurriría sólo si el gobernador electo se ausentara de manera definitiva en los primeros tres años de mandato. Esta posibilidad no ocurrirá, asegura, pues independientemente del resultado de los comicios, el ahora precandidato regresará a su puesto en uno de los diez días posteriores al fin de su licencia.

Supone el interino que Jaime regresará a gobernar Nuevo León después de haber sido declarado vencedor en las elecciones presidenciales. Con el nombramiento de Presidente electo, seguirá como encargado de la entidad hasta pasar el 4 de octubre, fecha en que se cumple el primer trienio de su administración.

En su optimista visión del futuro, González señala que, al pasar esa fecha, no habrá necesidad de elección. El Congreso local elegirá un sustituto permanente, por los siguientes tres años, y Jaime le dejará el puesto para convertirse en el primer presidente sin partido en la historia de México.

“Jaime se fue en busca de la libertad de los mexicanos. Hace dos años y medio encontramos una ciudadanía de Nuevo León muy molesta, por impunidad y corrupción, flagelos que asolan a las sociedades modernas. Ahora que Jaime sale al país encuentra el mismo malestar”, dice.

Para que el ahora aspirante a la Presidencia obtuviera el permiso del PRI y el PAN, para que pudiera partir a su cruzada democratizadora, no hubo negociación con el gobierno federal que habría operado para que el Congreso Local le permitiera irse, con el objetivo de restarle votos a Andrés Manuel López Obrador, como se ha especulado, afirma González Flores.

En el pasado, cuando los escépticos supusieron componendas similares, para que El Bronco se postulara como gobernador, se encontraron con la sorpresa de que obtuvo el triunfo mayor en la historia política de la entidad.

“Pregúntele a los priistas de aquí, de hace dos años, a ver si le quitamos votos a alguien. Ni todos juntos los candidatos podían alcanzar a Jaime con los votos. Si quiere encontrar una respuesta a eso, pregúntele también a los de Acción Nacional. Lo mismo mencionaban los periodistas en aquel entonces en el estado: ‘Jaime se va a quedar en el camino, o va a negociar, o le va a quitar votos a este o a ayudar al otro’. Pregúnteles cómo les fue. Es una especulación sin ningún sustento”, dice.

González Flores, en lo personal no ve su futuro político fuera de Nuevo León. Si el voto de los mexicanos hace ganar al aspirante norteño, él estará en posición de relevarlo en el puesto como sustituto. Pero en lugar de contemplarse como relevo, esperará que el Congreso local tome la determinación.

“Que yo estoy cerca de esa posibilidad, no lo sé, tal vez, ojalá me vaya bien. Pero mientras no cometa errores y lleve un buen trabajo, formo parte del gabinete y soy de Nuevo León. Si fuera de otro estado o colombiano, no podría ser gobernador sustituto, pero si soy de aquí y hago buen papel, no puedo decir que no existe esa posibilidad”, señala.

En lo inmediato, apuesta a un trabajo discreto. No efectuará acciones espectaculares, ni pronunciamientos atronadores.

“No vengo a crear turbulencias. Por el contrario vengo a hacer que no se sienta el cambio. Si la sociedad no se acuerda de su gobernante, es que hay un gran gobierno. Pero si lo recuerda, porque está muy expuesto o porque no hace lo conducente, está mal. Yo vengo a ser un nuevoleonés normal, con experiencia, sí, pero haré mi mejor esfuerzo seis meses. Nada más. No vengo a creer que en ese tiempo puedo ser paladín de la justicia o arcángel del bienestar social”, concluye.

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