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LAS ALIANZAS ELECTORALES Y SU IMPACTO EN TAMAULIPAS

NEFASTOS PERSONAJES HABLARÁN DE REIVINDICACIÓN POLÍTICA PARA CONTINUAR SACANDO PROVECHO PERSONAL

A nivel nacional, las alianzas de partido hacia los comicios del 2018 ya están definidas, no así su impacto que sólo se puede advertir en estados como

Tamaulipas, en donde los protagonistas son ampliamente conocidos muchos de ellos por corruptos e involucrados con el crimen organizado.

Por un lado el PRI ya tiene formalizado su bloque con los partidos Nueva Alianza y Verde Ecologista, mientras que el PAN ha hecho público su pacto de unidad con los partidos de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano. A la vez, el dueño de MORENA ya tiene firmada su alianza con el Partido del Trabajo.

Estas tres alianzas partidistas son de la misma manufactura y no le presentan al electorado ninguna novedad.

PRI, PAN y MORENA, como cabezas de las tres alianzas partidistas, son simplemente más de lo mismo, es decir corrupción y abuso de poder para beneficio de la clase política mexicana.

Sin embargo y por encima del desinterés popular en relación a las campañas del año entrante, conviene señalar que al menos en Tamaulipas una de esas alianzas tiene peculiar significado, por contradictoria.

Que el PRI se haya asociado con los partidos Verde y Nueva Alianza, no sorprende a nadie, ya que esa unidad electoral viene de varios años atrás, aunque siempre en línea decadente respecto al número de sufragios.

Y que MORENA lleve como aliado al Partido del Trabajo resulta más que normal, pues ambos organismos políticos son movidos hacia el mismo objetivo, es decir el saqueo del erario público y la manutención de infames e inútiles políticos prolíferos en discursos seudo marxistas-leninistas.

Pero que el PAN se haya asociado con el PRD y Movimiento Ciudadano, eso sí que es sorprendente, ya que estos tres partidos han sido por naturaleza propia antagónicos, con rivalidades llevadas al extremo tanto en los discursos como en los hechos.

En Tamaulipas, por ejemplo, el año pasado PRD y MC fueron los enemigos mortales del PAN a lo largo de las campañas políticas, y hasta la fecha actual.

Batallando contra el candidato del PAN al gobierno tamaulipeco en el 2016, los abanderados del PRD y MC unieron fuerzas desempeñándose públicamente como esquiroles al servicio del PRI.

Jorge Osvaldo Valdez Vargas del PRD y Gustavo Cárdenas Gutiérrez del MC, ambos como candidatos al gobierno de Tamaulipas, no sólo fueron adversarios de Francisco García Cabeza de Vaca, sino que actuaron como detractores fuera de toda regla política, lanzando virulentas acusaciones sin sustento contra toda la familia del abanderado panista que finalmente arrolló en los comicios del cinco de junio del año pasado.

La alianza PAN-PRD-MC, ha facilitado a Jorge Valdez y Gustavo Cárdenas su retorno a la actividad política estatal, situación que en la vida real se antoja realmente imposible, salvo dos condiciones.

Jorge Valdez para reivindicarse necesitaría asumir de inmediato la dirigencia en Tamaulipas de la Comunidad Lésbico-Gay. Por su parte Gustavo Cárdenas requeriría probar completamente que su hijo es inocente, tras haber sido capturado por las autoridades en el estado de Nuevo León traficando con droga.

Estos dos personajes destruyeron sus respectivas carreras políticas en el momento que se vendieron al PRI para hacer ganar a Baltazar Hinojosa Ochoa.

Ambos son figuras apestadas en Tamaulipas, y las pruebas reivindicatorias que deben superar podrían resultar insuficientes para devolverles la credibilidad perdida para siempre.

Ahora, tanto Jorge Valdez como Gustavo Cárdenas hablan de reivindicación política, pero ya no engañan a nadie. Son de sobra conocidos por corruptos y traicioneros, que se venden sin escrúpulos aunque tengan que enfrentarse contra la corriente.

Por todo lo anteriormente expuesto, estas tres alianzas con rumbo al 2018 definen los objetivos de sus involucrados, pero están lejos de acreditar la mínima honestidad de los partidos participantes.

Los ocho partidos y sus dirigentes en acción, desean el poder para usufructuar los recursos de la nación en beneficio propio, de igual forma que ha sucedido desde siempre en México. ¿O no?

Carlos Domínguez

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