MatamorosZona Norte Tamaulipas

Publican listados para “reducir” corrupción

Aunque a partir de ayer por la mañana en el Puente Nuevo Internacional (Puerta México) el Instituto Nacional de Migración (INM) volvió a empezar a hacer pública la lista de los migrantes más próximos a pasar a su cita para solicitar asilo en Estados Unidos -después de la desconfianza y las quejas de los extranjeros que denunciaron manipulación y corrupción en el manejo del listado-, ayer algunos lamentaron que hay algunas parejas y matrimonios que los van a llamar a su entrevista separados porque tienen números diferentes.

En una de las ventanas de un módulo abandonado y arruinado del INM personal de Migración pegó con cinta adhesiva transparente dos hojas tamaño carta en las cuales en una hoja están escritos y divididos -la mayoría con números no consecutivos- los nombres de siete hombres y uno en situación vulnerable, sin mencionar el nombre, con números que van del 753 al 779; y abajo aparecen los nombres de 8 mujeres y una embarazada, con los turnos del 1490 al 1548.


En la otra hoja aparecen enumeradas 15 familias con los nombres de sus integrantes y con números consecutivos, ayer pasó la primera familia de cuatro integrantes en ese listado, además de tres hombres y una mujer.

Los separan


Ernesto, un médico cirujano cubano con especialidad en ginecología, comentó que con la publicación de la lista ya tienen algunos migrantes más certidumbre y ya hay mayor orden, “está mejor que como estaba antes” -dijo-, pero lamentó que no haya todavía agilidad en el proceso para pasar a la entrevista.


Y aunado a esto, él y su pareja, Anisleidi, una enfermera también proveniente de Cuba, no podrán pasar juntos porque en el listado aparecen con números diferentes, por lo que primero pasará ella -comentó- y días o semanas después seguirá él para la entrevista y sin saber si a ambos les concederán o no el asilo político en EE.UU.


Anisleidi y Ernesto manifestaron que, en el caso de que nos les concedieran el refugio, regresarían y se quedarían en Matamoros o en alguna ciudad de la frontera norte de este país, en donde buscarían ejercer su profesión, pero nunca -dijo- regresarían a Cuba porque, de hacerlo, estarían en riesgo sus vidas por estar en contra de la dictadura y por abandonar el país, o en el mejor de los casos -dijo-, no les permitirían ingresar a la isla porque a muchos sin explicación les niegan el ingreso durante ocho años como castigo por dejar ese país.

Desilusión y espera


En el transcurso de la mañana y antes del mediodía, algunos extranjeros se acercaban a la vitrina a revisar la lista y con desilusión regresaban a sentarse en alguna de las bancas o en el suelo de la estrecha plaza que se ubica dentro de las instalaciones federales a escasos metros de llegar a las casetas de peaje.


Mientras que las personas próximas a pasar para su entrevista para solicitar refugio son separados en un pequeño espacio contiguo a las casetas de cobro en espera en cualquier momento de la llamada de los agentes de Migración para cruzar a Brownsville a las oficinas en el puente del Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP, por sus siglas en inglés).

Fuente: El Bravo

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