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DIVIDIDO LLEGA EL PRI AL 2018; MORENA PUEDE DESBANCARLO

En México vamos a la elección más complicada para el país, la de 2018, con partidos con fuertes divisiones internas, una ciudadanía que no cree en los políticos e instituciones cada vez más débiles.

El próximo año se elegirá al presidente de la República, 128 senadores, 500 diputados federales, nueve gobernadores, 822 diputados locales y mil 548 presidentes municipales.

Por primera vez en nuestra historia y antes de la elección de 2024, en que todas serán concurrentes, vamos a tener un proceso electoral grande y complejo, explica la aspirante presidencial Ivonne Ortega.

Además, por primera vez tendremos una fuerte competencia en la que el PRI puede dejar de ser el partido hegemónico, como asegura el exgobernador Ulises Ruiz.

Esta es la elección presidencial a la que el PRI llega con menos estados gobernados: únicamente 14, contra 11 del PAN, cuatro del PRD, uno del PVEM y un independiente.

La aspirante presidencial Ivonne Ortega señala que de 2012 cuando ganaron la presidencia de la República a la fecha han perdido cuatro millones 700 mil votos; para ser más claros, más del doble de lo que lograron sacar en el Estado de México, que se supone era su bastión.

La situación del PRI es tan crítica que en 17 estados no se ha renovado la dirigencia y en Baja California incluso están en desacato, ya que fueron destituidos mediante un juicio político electoral, pero siguen en funciones, explica la diputada con licencia.

Y en este terrible panorama muchos priistas se quejan de que su partido en todo este sexenio no les ha retribuido de alguna forma su apoyo. Es así que se han formado distintas corrientes al interior del PRI que buscan hacer valer su voz en la Asamblea Nacional.

Y casi todas coinciden en al menos dos puntos: que se lleve a cabo una elección con los simpatizantes o abierta a la ciudadanía para elegir a los candidatos y que en el estatuto se mantenga la exigencia de que los candidatos a legisladores federales acrediten una militancia de cinco años y 10 años para el candidato presidencial; es decir, ¡adiós a las aspiraciones del secretario de Hacienda, José Antonio Meade!

Pero la dirigencia priista no ha sido ni incluyente ni abierta. El senador Arturo Zamora los calificó como políticos de café que buscan destruir al PRI y tres días después decidió contradecirse por completo.

Señaló que en el priismo caben todas las voces y visiones, y se debaten todos los temas sin cortapisas; porque “el PRI es y será un espacio abierto a la reflexión colectiva, plural y propositiva. Que nadie tenga duda”.

A diferencia del PRI, el partido que ha mantenido mayor crecimiento es Morena, que no ha logrado ganar alguna gubernatura, pero ha tenido votaciones importantes como en el Estado de México y Veracruz.

En las pasadas elecciones en cuatro estados Morena fue el partido que más votos obtuvo de manera global al llegar a dos millones 505 mil sufragios, cifra que supera los dos millones 260 mil que registró el PRI, de acuerdo con los datos de los Programas de Resultados Electorales Preliminares.

O sea que verdaderamente está a punto de desbancar al partido hegemónico. Es por ello que se ha convertido en un verdadero polo de atracción para políticos de todos los partidos.

Porque sin importar si Andrés Manuel López Obrador vuelve a mostrar su lado autoritario, quienes contiendan en cualquiera de los tres mil ocho cargos, más los cerca de dos mil de los cabildos, serán beneficiarios de los votos que atraiga el candidato presidencial.

Quizá por eso el PRD decida pensar en la invitación que dejó ayer López Obrador hasta septiembre para formar una alianza, aunque no se hable de proyecto de gobierno.

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