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Surta la receta: RESEÑA POLÍTICA Por: Juan R. de la Sota

 

A los políticos y funcionarios del gobierno, no les ha quedado claro o se niegan a asimilar que al pueblo le tienen que atender sus demandas y necesidades, al cumplir con el pago de sus impuestos, cuyo dinero  debe devolvérsele en inversiones en beneficio de los diversos sectores sociales.

Ese trabajo no lo harán gratis, dado que el pueblo les paga un sueldo que, ellos mismos se autorizan, por lo tanto están obligados a desquitarlo solucionando, al menos las peticiones prioritarias planteadas por la ciudadanía y además atendiendo los derechos de la clase trabajadora.

Las autoridades federales, estatales y municipales, muy mal se ven, cuando afirman que no hay recursos económicos para resolver adversidades que enfrenta la sociedad, pues están autorizados los respectivos presupuestos para atender las principales necesidades, entre ellas de seguridad pública, de educación, generación de empleo y obras públicas, de salud, agropecuarias, combate a la pobreza, entre otras.

Cuando se autorizan los presupuestos a los distintos gobiernos, está especificado el monto de inversión para los diversos servicios y ese cantidad se aprueba de acuerdo a los ingresos, ¿cómo que no hay dinero para resolver las necesidades sociales?. Si no tienen dinero, entonces la sociedad merece una explicación dónde se encuentran estos recursos.

El pueblo no merece se le siga mintiendo, en el sentido de que no hay recursos públicos para invertir en acciones de beneficio social, pero sobretodo no debería ser agredido quitándole su dinero para invertirlo en actividades que no resuelven ni sus necesidades prioritarias.

Si las autoridades federales, estatales y municipales están considerando guardar el dinero y moverlo durante los próximos procesos electorales, gastándolo en acciones de beneficio social, para ganar clientela electoral a favor de sus candidatos, están actuando en perjuicio de la población, porque la gente merece se le atienda su necesidad al momento que la plantea.

Es una política incorrecta y hasta inhumana que el dinero público no se invierta para lo que fue autorizado y en el momento oportuno. Esto genera hambre, desesperación, malestar, inquietud y hasta la comisión de delitos, por la falta de oportunidades para que los ciudadanos obtengan un sueldo para sobrevivir en un ambiente de legalidad y tranquilidad.

El pueblo es tolerante, prudente y goza de amplio criterio, para soportar el incumplimiento de las autoridades, pero cuando desatienden sus enfermedades, le pegan al bolsillo y los conducen en un marco de hambre, podría reaccionar y no se descarta lo hagan aplicando su derecho a la libertad de protestar con acciones pacíficas y paralizando actividades en sus centros de trabajo.

Los funcionarios deberían voltear a ver a la gente, para que constaten sus miserables condiciones de vida, para que conozcan sus problemas y los resuelvan, para que no los dejen morir de hambre o víctimas de enfermedades y para que cumplan con su obligación de estar cerca de la gente, a fin de que juntos trabajen por un desarrollo y bienestar de las familias.

La sociedad se siente abandonada por sus gobernantes y no demandan que los mantenga el Gobierno, sino que sus funcionarios cumplan con su obligación y responsabilidad de llevarles los servicios a los que tienen derecho.

Por ejemplos han surgido algunos problemas que, si no se solucionan podrían generar una seria de manifestaciones de protesta, paros laborales, marchas de inconformidad, entre otras acciones que causarían mayores molestias ciudadanas.

El Hospital General “Norberto Treviño Zapata” de Ciudad Victoria, carece de medicamentos. La inconformidad ha surgido entre cientos de derechohabientes, ya que la dirección del nosocomio ordenó entregar las recetas médicas a los familiares de los enfermos para que con su dinero las surtan en farmacias particulares.

La farmacia del hospital no surte ni una pastilla para el dolor de cabeza, no se atiende la demanda de radiografías, no cuenta con la alimentación adecuada para los pacientes.

No tiene el material necesario para brindar los servicios de quirófano y de consulta, supuestamente por no tener presupuesto, sin embargo,  la dirección del Hospital, sí cuenta con dinero para ampliar el edificio hospitalario, pues las obras de ampliación de ese inmueble se mantienen y a pasos acelerados.

No es posible que sí tengan dinero para adquirir material de construcción y no cuenten con presupuesto para la compra de medicinas, o sea que es más importante ampliar el edifico, que la vida de los pacientes.

Lo anterior se ha generado, ante la pretensión de privatizar el servicio de farmacias, de lavandería, de alimentación y de limpieza del hospital y hacerlos funcionar con personal nuevo, supuestamente capacitado, lo que está provocando malestar e inconformidades entre los trabajadores, toda vez que muchos fueron removidos a otros puestos. En el caso de las farmacias, desconozco cómo funcionarán, lo que sí le puede asegurar es que al trabajadora derechohabiente, se le debe proporcionar las medicina sin cobro, por eso cumple con su aportación.

Los mimos problemas se están registrando en los Hospitales Civil, Infantil, de Alta Especialidad y otros instalados en varios municipios del Estado, cambios que no son del agrado de la clase trabajadora, por eso reitero que no se descarta que de un momento a otro se realicen una serie de movimiento de protesta por parte de trabajadores de los diversos centros hospitalarios de la entidad.

Obviamente que sus acciones, las realizarían, sin la presencia de la dirigente del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado de Tamaulipas, Blanca Guadalupe Valle Rodríguez, quien dejó solos a sus agremiados, al mantenerse escondida y sin mover un dedo, ante su temor de que le apliquen una auditoría que la llevaría al fresco bote y a perdedor el cacicazgo de la dirigencia del sindicato de la burocracia estatal.

Por su parte, si la delegación del ISSSTE en el Estado no tiene proyecto, rumbo ni mucho menos resultados, imagínese  como se encuentran las clínicas de esta institución, a las cuales al momento de ingresar sus pacientes, sienten un gran temor, al saber el pésimo servicio que estas brindan.

Es otra institución repudiada por la clase trabajadora, porque saben que sus aportaciones económicas están siendo mal utilizadas, dado que no cuentan con medicamentos, sus instalaciones dan asco y sus ambulancias son de alto riesgo, no cuenta con personal médico y solo brinda el servicio con estudiantes de medicina irresponsables.

Las clínicas están convertidas en auténticos panaderos, sus instalaciones parecen chiqueros, las camillas se encuentran inservibles, los cuartos de los pacientes con olores fétidos y paredes manchadas.

Todo eso, los derechohabientes deben reclamárselo al actual director nacional del ISSSTE y al delegado en Tamaulipas, quienes todo han hecho, menos trabajar por brindar un servicio médico eficiente, pese a que los trabajadores pagan sus cuotas para que les brinden una atención de calidad.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), delegación Tamaulipas, ha mejorado mucho su servicio y es de calidad, pues cuenta con las suficientes medicinas y las que no tienen las consiguen.

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