Sin categoría

Morena: la otra concepción de la política

Pedro Salmerón Sanginés
Así se titula el más reciente libro de Martí Batres. Una selección de textos que nos permiten seguir el esfuerzo de centenas de miles de mexicanos para, a contracorriente, construir un partido de oposición cuando los que en el pasado lo habían sido, decidieron convertirse en apéndices del PRI-gobierno.

El mal llamado Pacto por México, mediante el cual PAN y PRD oficializaron su carácter de apéndices del PRI, es la rencarnación del paraíso perdido priísta conjuntado con el proyecto neoliberal. Como dice Martí: El pacto simboliza el sueño del PRI, su utopía reaccionaria: un sistema de partidos paraestatales en que todos digan lo mismo. Una sociedad política uniforme, monolítica, sin oposición.

Era lógico que el PAN formalizara en 2012 su carácter de partido cogobernante y que simultáneamente la dirigencia del PRD confirmara una línea de traiciones a los principios que dieron origen al partido. Entiendo que la conformación de Morena implica tácita y explícitamente una crítica y una autocrítica, dice Martí. Autocrítica al rumbo que tomó el partido al que muchos de los fundadores de Morena pertenecieron hasta la víspera.

De esa autocrítica provino la necesaria ruptura con el PRD, que el 20 de noviembre de 2012 (10 días antes de la firma del autoritario y entreguista Pacto por México) se tradujo en la decisión colectiva de convertir a Morena en un partido político que, a la vez, siguiera siendo un movimiento social articulador y solidario con otros movimientos. Tomamos la decisión de someternos a las leyes vigentes, buscando nuestro registro como partido y la vía electoral como mecanismo para tomar el poder, sin apear nuestra fundada desconfianza en quienes aplican las leyes. Los documentos publicados por Martí dan cuenta de la tarea que implicó cumplir con esos requisitos, nunca aplicados con tanta rigidez. Como sintetiza Martí, conseguir el registro de Morena fue una epopeya política.

¿Para qué? Para construir un partido de oposición a las reformas neoliberales, cuando todos los demás se plegaban a los dictados del régimen. Para presentar una oposición global a un proyecto global. Para revertir un proyecto de privatizaciones, donde privatizar significa desigualdad, significa concentrar la riqueza, significa empobrecer a todos, incluidas las clases medias, significa quebrar empresas productivas, significa corrupción y significa violencia. Ese es el proyecto de Enrique Peña Nieto. Por eso no estamos de acuerdo con ese proyecto ni con ninguno de sus pedacitos. Morena, en fin, para que el pueblo de México cuente con un instrumento de lucha para la transformación del país, para defender los intereses del pueblo.

(Por cierto: resulta inaudita la manera en que los portavoces del régimen omiten presentar los resultados de cinco –o seis– gobiernos neoliberales: para no olvidar hay que recurrir a un libro anterior de Martí, en el que reúne y analiza los datos del desastre social y económico del neoliberalismo, que ya reseñamos en estas páginas.

Los textos también dan cuenta de la primera gran batalla de Morena en defensa de la soberanía nacional y de los recursos del subsuelo, contra la reforma energética, la joya de la corona del neoliberal Pacto por México. La batalla contra esa reforma entreguista no terminó con la aparente derrota: se ganó ante la opinión pública y ha mantenido a los grandes intereses trasnacionales a la expectativa, sin arrojarse aún al saqueo, porque saben que en 2018 la reforma se revocará. De las razones de esa batalla también da cuenta el libro de Martí, así como de los movimientos sociales de que hemos formado parte o hemos acompañado.

El jueves pasado tuve el honor de presentar el libro con Bertha Luján, Bernardo Bátiz y Paco Ignacio Taibo II, ante un auditorio lleno a rebosar (absolutamente insuficiente ante la militancia que llenó también los pasillos y llegó hasta la calle). Dirigentes de Morena, diputados federales y locales, activistas sociales, militantes de base, estudiantes del ITAM y de la UNAM, mis amigos de Santa Úrsula Coapa, de Tlalpan y de Guanajuato, que confirman la fortaleza que en cinco años ha adquirido Morena. Además de hablar del libro mismo, en ese acto recordamos que luego de cinco años de simulación, la Ciudad de México (cuyo corazón late a la izquierda) necesita un gobierno de izquierda progresista. Y me llena de orgullo notar que en esta ciudad hay decenas de cuadros que tienen lo que requerimos: un largo compromiso militante en la izquierda social, un proyecto de ciudad y de nación, una capacidad intelectual y administrativa probada, una honradez a prueba de las más bajas calumnias y los más sucios ataques personales. Entre todos ellos, como dijo esa noche Paco Ignacio, hay dos que destacan y cuyo nombre es garantía: Claudia Sheinbaum Pardo y Martí Bátres Guadarrama.

Twitter: @HistoriaPedro

blog: lacabezadevilla.wordpress.com

Notas relacionadas

Botón volver arriba