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Otra vez Trump-EPN

Maremágnum
Mario Vargas Suárez

Confieso a usted que el tema preparado para el día de hoy, sería referido a la cuestión patriótica del 15 de septiembre, por eso del grito, las banderas tricolores, la independencia, la muy mexicanísima música y el pozole.

Sin embargo, no puede omitirse una nota que parecía perdida y que es publicada apenas ayer por la mañana, sobre una nueva amenaza presidencial.

Quizá uno de los errores mayúsculos en materia de política internacional que provocó comentarios muy adversos en el ámbito nacional y en otros países, fue la polémica visita del magnate estadounidense Donald Trump.

Por ello mismo, llamó la atención que en El Universal en línea se habló de una nueva entrevista entre Trump y el presidente de los mexicanos, Enrique Peña, pero esta vez en territorio estadounidense, la capital de los rascacielos, Nueva York.

Difundida por MSN Noticias, ayer al filo del mediodía, se lee que “El vocero de la Presidencia mexicana, Eduardo Sánchez, descartó que Enrique Peña Nieto vaya a reunirse nuevamente con el candidato republicano, Donald Trump, en Nueva York.”

Desde luego que la lógica de un pensamiento racional, hace cuestionar ¿A quién se le ocurrió esta vez? Y lo más importante ¡¿Para qué?!

La respuesta se lee en el mismo espacio cuando dice que el periodista, Ciro Gómez Leyva, en su programa de Radio Fórmula, que Marco Gutiérrez, un mexicano nacionalizado gringo y presidente del Grupo Latino en la campaña de Donald Trump, dijo que el magnate buscaría de nueva cuenta a Peña Nieto.

El México americano, Marco Gutiérrez, entrevistado por el ex periodista del Grupo Milenio, ahora en Radio Fórmula, dijo: “los inmigrantes en Estados Unidos son como los indígenas cuando llegan a la Ciudad de México”.

¿Marco Gutiérrez con su analogía del inmigrante y el indígena intentó justificar el desconcierto, el miedo, el desconocimiento de una cultura, un idioma del emigrante?

Marco Gutiérrez es un mexicano nacionalizado gringo en el 2003 y desde entonces ha simpatizado por el Partido Republicano. Ahora de 41 años de edad, acepta tener seis hijos y cree que debe defender a su nueva nación porque de lo contrario, en esa misma escala de vástagos, “…en pocos años habrá un puesto de tacos en cada esquina.”

Tales expresiones confirman la triste hipótesis de que existen compatriotas, ahora agringados, que simpatizan ampliamente con las ideas de Trump y ello sigue siendo una gran amenaza para los aztecas.

Desde luego que el gringo tras la presidencia de E. U. sabe de negocios y éste, el de la presidencia debe apuntar muchas ganancias en varios sentidos por lo que apenas recibida la invitación mexicana el lunes 29 de agosto y en dos días ya estaba en Los Pinos.

La postura lógica de Hillary Clinton, candidata por el Partido Demócrata, después del show organizado por Trump y el de Atlacomulco, declinó la invitación.

Quizá valga la pena recordar que el empresario multimillonario estadounidense Donald Trump, ha sido protagonista de más de una polémica en torno a sus dichos y acciones, sobre todo con los latinos a quienes ha llegado hasta la ofensa.

Con sinceridad, no entiendo de política internacional, pero me parece que desde hace mucho, algún país como México, debió haber enviado una nota diplomática de protesta al gobierno de Barack Obama por los adjetivos que se han utilizado para señalar a todos los latinos residentes o no de aquél país.

Pero no solo México, algún otro de los países que componen Centro América y Sudamérica, debió haber elevado alguna protesta.

¿Qué va a suceder con los latinos, empezando por los compatriotas mexicanos radicados en tierras del Tío Sam, si el millonario Trump gana las elecciones de Estados Unidos?

Pero también, ¿qué va a suceder si el triunfo electoral llega a Hillary Clinton? Sobre todo porque debió haberse sentido ofendida porque fue tratada como igual de su contrincante en las urnas.

Por lo pronto la expectación sigue y la duda se despejará hasta el próximo noviembre, que es el mes de las elecciones en Gringolandia y donde tendremos una aproximación si nos irá mal o peor, según sea el triunfador.

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