Estado

Ramiro Ramos y su futuro

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Raúl Hernández Moreno

 

Muy certero resultó que el gobierno municipal le haya puesto el nombre de Elena Poniatowska a la nueva preparatoria, ubicada en el fraccionamiento “San Andrés”.

La autora de libros como Hasta no verte, Jesús mío, Tinisima, La noche de Tlateloco, Fuerte es el silencio, entre otros, se ha  ganado un lugar en las letras mexicanas y como una intelectual comprometida con las causas liberales.

A sus 84 años se muestra muy lucida, jovial, sencilla, abierta,  ocurrente. Hace algunos meses estuvo en Laredo, Texas y los asistentes a su plática  salieron  satisfechos.

La nueva preparatoria se construyó a un costo de 24 millones de pesos y junto con la José Vasconcelos, representan una opción para los jóvenes que egresan de la secundaria.

Elena Poniatowska inauguró el plantel junto con el alcalde Carlos Canturosas. En su mensaje,  llamó al munícipe el “alcalde de la educación”.

En conjunto  el gobierno municipal  ha invertido 113 millones de pesos en la construcción de dos primarias, una secundaria y dos preparatorias. Invertir en educación es invertir en un mejor  futuro.

En  otro tema, el diputado Ramiro Ramos Salinas rendirá el próximo  sábado 3 de septiembre su tercer y último informe de actividades legislativas.

El evento está programado para las 11.00  horas, en el Centro Cultural, el mismo foro donde el año pasado presentó su segundo informe.

Este tercer informe reviste un interés especial para los priistas porque a partir del 1 de octubre,  Ramiro Ramos y Yahleel Abdala se convertirán en los dos principales activos del PRI en Nuevo Laredo, porque serán los que tengan acceso a las esferas del gobierno federal y a las del PRI, pues aunque Ramiro deja la  diputación conserva un puesto en el CEN de su partido como coordinador de los diputados locales priistas en el país.

Los dos son prospectos naturales para el 2018 con el agregado de que para el PRI no será problema tener candidatos, el problema será  conseguir quiénes quieran financiar la campaña. De hecho esto se vio en la reciente elección de Héctor Canales. Políticos y empresarios regatearon los apoyos, pues no se sentían seguros. Y si esto paso teniendo un gobernador emanado del mismo partido, el panorama se complicará en el 2018.

Eso lo saben los priistas y por eso aún aquellos que no simpatizan ni con Ramiro Ramos ni con Yahleel,  les agrada que ambos tengan  la disposición de participar, aún con el riesgo de ser arrollados en las urnas, porque no en  balde el PRI lleva cuatro elecciones perdidas de manera consecutiva.

Después de octubre seguramente  veremos a Ramiro Ramos al frente de algún cargo  federal, ya sea en la Ciudad de México o aquí en Tamaulipas, porque si algo ha sabido aprovechar es relacionarse con  políticos nacionales,  además de que en la  última elección  fue delegado del PRI en Tlaxcala y ahí si ganó el tricolor. Por lo pronto en esa entidad tiene  el trabajo asegurado.

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