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AHORA Y EN LA HORA DE NUESTRA MUERTE, AMÉN

El alcalde de Pungarabato, Ambrosio Soto Duarte, vivía sentenciado a muerte; hizo público el ruego de ayuda para evitar lo peor; nadie escuchó. Fue asesinado “por transitar a deshoras por lugares peligrosos”, según el Gobernador, Héctor Astudillo y el Fiscal Estatal Xavier Olea; sólo les faltó llamarlo terco si ya sabía que moriría. ¿El muerto tuvo la culpa de morirse por salir a deshoras?; ¿no leyó La Mala Hora de García Marquez?

El presidente municipal de San Juan Chamula, Domingo López González, también sabia que podían asesinarlo, un hijo le dio su versión de la Crónica de una Muerte Anunciada; Domingo no hizo caso, fue al matadero en la plaza principal del aquel pueblo tzotzil; hasta tiro de gracia le dieron. La turba mató al alcalde y a otros cuatro; lesionó a 23. Hay siete detenidos identificados con el PRI adversario al alcalde del Partido Verde. Junto a los ataúdes instalan una mesa de reconciliación; lástima que los muertos sean sordos.

Ambos casos parecen distantes y distintos; no lo son.

En la tierra caliente guerrerense aplica la ley de plata o plomo. En la sierra chiapaneca, la ley de la selva.

San Juan Chamula y Pungarabato también revelan ausencia del Estado de Derecho, desgobierno e instituciones rebasadas, como ingredientes del México bronco que no despierta porque nunca duerme.

La tendencia criminal a la baja durante los dos primeros años del sexenio, ha revertido; la impunidad persiste en al menos en 15 estados, por negligencia de los tres niveles de gobierno, atrapados en espiral perversa.

DATO DURO: La Asociación Nacional de Alcaldes alerta: de 2003 a la fecha han sido asesinados 40 ediles en funciones, 32 “ex”, y siete electos; 79 en total.

EL MONJE PLURAL: El viernes escribimos: “También es cierto que el grupo de periodistas de MVS Noticias que detonó el escándalo (de la #LaCasaBlanca) perdió su trabajo. ¿Mera coincidencia?”. Presidencia se deslindó. El sábado, coincidimos con Joaquín Vargas, presidente del Grupo MVS, quien nos aclaró: “La relación entre MVS y Carmen Aristegui no terminó por intrigas o maquinaciones. Ella abusó de la confianza cuando comprometió a MVS en alianzas con Mexicoleaks sin consultarnos. Este es el motivo del rompimiento del contrato y no el contenido de sus extraordinarias investigaciones, pero ella ha imputado a mi persona falsedades, dañando mi honor y prestigio, por ello promoví la demanda por daño moral. ¿Entonces olfato y oficio de Carmen Aristegui ahogan en soberbia y vanidad, alegando persecución y martirio?

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