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Elecciones, ¿Vigiladas?

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Raúl Hernández Moreno

En teoría, las elecciones de este domingo serán de las más vigiladas de los tiempos más recientes.

Los partidos y los candidatos independientes, registraron a 6,589 representantes de casillas y generales. A diferencia de la elección federal que posibilitó el registro de dos representantes propietarios y uno suplente, por casilla, en esta elección local solo se permitió un representante propietario y un suplente

El PRI, PAN, Verde, Panal y el candidato independiente, Héctor Peña, tuvieron una cobertura de casi el 100 por ciento en las 587 casillas y 66 generales.

Teto Peña registro representantes en 450 de las 508 casillas que se van a instalar en Nuevo Laredo.

Por supuesto, una cosa es que los partidos cubran las casillas y otra que los acreditados asistan. El año pasado, Morena registro en casi todas las casillas y al final solo 13 asistieron.

Y es que para la elección, los partidos estatales asignan una partida económica para que a los representantes se les asigne un pago y los dirigentes simulan registrar representantes que al final no asisten, porque muchas veces ni siquiera se enteran, porque sus nombres son tomados de la lista nominal y lo que los líderes quieren es quedarse con el dinero asignado.

Es altamente seguro que el domingo de los 6,589 representantes registrados, por lo menos una tercera parte, o más, no asistan, pero el dinero asignado a este rubro se habrá evaporado.

Además de estos 6,589 representantes de casilla, en estas habrá 4,109 funcionarios elegidos al azar, que tienen como responsabilidad cuidar y proteger el voto en cada casilla.

También estarán acuartelados más de mil elementos de la Marina, Policía Militar, Policía Acreditable y Policía Federal, listos para actuar en caso de que se les necesite. Todos los notarios públicos estarán a disposición de partidos y ciudadanos, para dar fe de irregularidades en el proceso, sin costo alguno.

Por supuesto, agentes del ministerio público del fuero común y federal también deben actuar, si se les requiere.

Pese a todo este aparato de seguridad pública y partidista, el fantasma de los mapaches ronda la elección.

Si en el pasado reciente, al PRI se le atribuía hacer uso de la compra de votos, ahora esta fama también la comparte el PAN, máxime que el año pasado se detuvo al arquitecto Carlos de Anda en la colonia Nueva Era, acusado de inducir la compra de votos, y por lo cual tiene en marcha un proceso federal.

¿Por qué no podrán los partidos ganar limpiamente? ¿Será que los políticos les gusta andar de mapaches para sentir la adrenalina que da actuar al margen de la ley?

Lo cierto es que los dos principales partidos le apuestan este domingo 5 la capacidad de movilización de sus simpatizantes para ganar la elección.

Y para movilizar, invertirán carretadas de dinero, desde la compra directa del voto, hasta la inducida con la entrega de despensas, amenazas de despidos, promesas de compromisos. Es una práctica intolerable en una democracia, pero no seamos ingenuos, nuestra democracia es endeble y por eso este tipo de prácticas se siguen dando y se seguirán dando durante mucho tiempo más. No se van a cambiar, solo porque alguien los denuncie.

Pero además, mientras se tolere la impunidad, seguirán surgiendo mapaches de ocasión y de vocación.

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