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Tamaulipas; ¿Austeridad en tiempos de necesidad?

Por:Mauricio Fernández Díaz

Ciudad Victoria.- Los últimos seis años han sido espléndidos en sucesos históricos para Tamaulipas y muestran, de algún modo, los cambios de la sociedad local. Por ejemplo, ha habido ya dos alternancias políticas después de 80 años de dominio de un solo partido; han llegado gobiernos de centro, derecha e izquierda al estado, y se vivió la elección más peleada en la gubernatura, donde el mandatario saliente, incluso, no reconoció el triunfo de la oposición ni se presentó al cambio de poderes.

Pero las sorpresas no terminan ahí, ya que en el Congreso del Estado también se han desatado vuelcos que reconfiguran el equilibrio político., como presidir la Junta de Coordinación el grupo que obtuvo el segundo lugar en la votación (el PAN). Los liderazgos partidistas han perdido fuerza, y las figuras individuales acaban por imponerse. Entre estas, en años recientes, destacan los alcaldes de Tamaulipas.

Todavía es pronto para decir cuál será el estilo de la relación entre el gobernador Américo Villarreal y los presidentes municipales o cuál de ellos dominará la agenda estatal, pues solo han transcurrido cuatro días del nuevo régimen. Cabe recordar que en los gobiernos de Manuel Cavazos Lerma, Tomás Yarrington y Egidio Torre se ejerció un trato jerárquico entre las partes, en el cual el Poder Ejecutivo pesaba sobre la autonomía municipal. También Eugenio Hernández y Francisco García Cabeza de Vaca mermaron la voluntad de los alcaldes, pero se hicieron sentir menos porque no les gustaba trabajar.

Y aunque apenas comienza el nuevo sexenio, ya se vislumbra una coordinación peculiar entre los poderes estatal y municipal de Tamaulipas. De Américo Villareal solo puede esperarse un trato respetuoso e institucional a los ediles, como persona educada que es. Pero estamos en política, no en un club social, y desde ahora hay que reconocer que cada líder actúa de acuerdo con sus propios intereses y en beneficio de su proyecto personal.

El doctor Villarreal enfrenta una realidad diferente a las de sus antecesores, incluso a la de su papá, el ingeniero Américo Villarreal Guerra, gobernador de 1987 a 1993 Hoy, los alcaldes están más cerca de sus gobernados y eso les permite tener una mejor capacidad de respuesta y ser más eficientes. Como resultado, alcanzan cuotas altas de popularidad entre la gente.

El derecho a una reelección inflamó el interés de los alcaldes en dar resultados a la sociedad y en reforzar su cercanía. En el presente, la noción de gobierno tiene rostro de presidente municipal. Difícilmente un gobernador les puede competir en la simpatía ciudadana, con la única excepción de Andrés Manuel López Obrador, el mandatario más popular que haya habido en el país.

Actualmente, los alcaldes están empoderados como nunca en la historia reciente, y ejercen un verdadero liderazgo en sus territorios y entre su población. Hay que acudir a ellos si se quiere la participación de las personas.

Ejemplo de edil fuerte es Chucho Nader Nasrrallah, de Tampico, y no es un elogio de este columnista. Lo afirma la casa de encuestas Consulta Mitofsky, que lo declaró el mejor alcalde de México en este año; lo afirma su reelección como presidente municipal en 2021, y recientemente lo afirma la victoria en la interna del PAN municipal, donde Nora Gómez, que representa al nuevo panismo, venció a la candidata de Cabeza de Vaca. Por campañas exitosas de limpieza y de rescate de lugares emblemáticos, Chucho tiene a los tampiqueños de su lado más que ninguna otra autoridad.

Fuerte como una roca es también Adrián Oseguera Kernion, presidente municipal de Ciudad Madero, primero que logra la hazaña de reelegirse en esta localidad. No por algo es el segundo mejor alcalde de México, lo que refleja el poder que tienen las autoridades de la zona conurbada de Tampico-Madero en la entidad. Un trabajo trascendente en pavimentación, promoción turística y atención a grupos vulnerables le asegura el respaldo ciudadano. La Federación está también satisfecha con estos resultados, como reciente lo corroboró la senadora Olga Sánchez Cordero de visita en la urbe petrolera.

Grande es también la aprobación de Armando Martínez Manríquez entre la gente como alcalde de Altamira. Gracias al entusiasmo que despertó su candidatura, los altamirenses se libraron del yugo nefasto del PAN. Esas fueron las semillas del liderazgo que disfruta hoy, pero sobre todo su tren de trabajo, verdadero maratón de actividades. El profesor Martínez Manríquez comienza a despachar a las 6 de la mañana y termina recorridos a veces a las 9 de la noche. Más que decir, el pueblo lo ve trabajar, y por eso está de su lado.

Si de personalidades fuertes en su municipio se trata, Carlos Peña Ortiz y Carmen Lilia Canturosas, de Reynosa y Nuevo Laredo, respectivamente, son el símbolo viviente de este tema. El alcalde de Reynosa es heredero de Maki Ortiz Domínguez, quien ha ganado todas las elecciones desde que comenzó como presidenta municipal. La influencia de los Peña Ortiz en esta ciudad es incuestionable y la demuestran con votos, con victorias electorales, a costa incluso de amenazas, como las que recibieron de Cabeza de Vaca. Por otro lado, la alcaldesa Carmen Lilia también proviene de una familia bien reconocida, los Canturosas, de hondas raíces en Nuevo Laredo. Ellos encabezan la voz de los nuevoladerenses, de los empresarios a los trabajadores, ya que la distancia con el centro del estado los aleja a menudo de la toma de decisiones. Pero los Canturosas y su municipio, líder de la actividad aduanal en el país, se defienden y se levantan sin que se los ordenen de fuera.

Pero, ¿no es Mario López, alcalde de Matamoros, quien obtuvo más de 100 mil votos en la elección de 2021, la cantidad más alta en el estado? Este es un apoyo ciudadano de primera calidad y refleja el amplio consenso entre los matamorenses y su presidente municipal. Además, siempre ha apoyado al doctor Villarreal y ha influido en su victoria electoral del 5 de junio. Los intrigantes quieren amarrar navajas porque supuestamente no llegó nadie de Matamoros al gabinete. Cuando se tiene un poder directo en un municipio y el contacto con los gobernados, no se necesitan representas para influir políticamente.

Esta es la escena política que presenta Tamaulipas en la actualidad, un cuadro inédito y adaptado a los tiempos de la hiperconexión. Son líderes fuertes que modifican la vida de sus municipios, y con los cuales el gobernador Américo Villarreal deberá coordinarse; no nos imaginamos una relación vertical al estilo Cavazos Lerma, porque ya no son esos tiempos ni el doctor es así.

Ojalá que el plan de austeridad mencionado insistentemente por Villarreal Anaya sea una política de gasto moderado, de bajos consumos, y no la amenaza de menos recursos a los municipios. La austeridad en tiempos de necesidad, (inflación desempleo, pandemia) puede ser un crimen.

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