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Gonzalo Rivera, el héroe desconocido

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Raúl Hernández Moreno

Marzo 18

Tras tener un delegado de lujo en los últimos dos años, a Gonzalo Rivera Hernández, el Comité Directivo Estatal del PRI , lo suplió por un político de medio pelo, o peor, de poquísimo pelo, el doctor Héctor López González.

Ex Secretario de Salud, ex alcalde de Mante, López llega a Nuevo Laredo justo en el momento en que grupos y personajes del PRI buscan su supervivencia, trayendo gatos vivos en la panza. Al señor López le toca la tarea de ayudar a los priistas a que se saquen los gatos de la panza y se decidan a transitar el camino de la unidad,

Sin unidad, la victoria se les complica a los priistas. Pueden ganar sin unidad, pero si van unidos, todo será más fácil.

Suena increíble que a un mes de que arranquen las campañas de alcalde y diputados, a muchos de los que buscaron las candidaturas dentro del PRI no se les haya llamado para darles una explicación de porqué se escogió a los candidatos y, de paso, pedirles institucionalidad, disciplina y unidad.

Tampoco se llamó a sectores y organizaciones para solicitarles la misma institucionalidad. No hubo operación cicatriz y en algunos casos, como el de Benjamín García Marín, más de un priista ha sugerido, en privado, que se le expulse del partido por atreverse a actuar con dignidad. Después de que no lo toman en cuenta, lo quieren echar.

Es cierto, lo hemos dicho, que el anterior delegado, Gonzalo Rivera, cometió desaciertos durante el proceso de selección del candidato a la alcaldía, pero frente a esos desaciertos, se alza a grandes alturas, el gran acierto de haber contribuido al rescate del Distrito de Nuevo Laredo, cuando se inició con una desventaja de 26 puntos.

En su curriculum, Gonzalo Rivera puede presumir, pero no lo hará, de haber derrotado a dos de los principales actores políticos de la oposición en Tamaulipas, en el momento actual.

A Gonzalo lo mandaron a operar a Reynosa, cuando Francisco García Cabeza de Vaca era el alcalde, y contribuyó a la victoria del PRI.

Lo mandaron a operar a Nuevo Laredo, con Carlos Canturosas como alcalde, y Gonzalo contribuyó a la victoria del PRI.

En el 2007 y en el 2015, los rivales del PRI no fueron Gerardo Peña Flores y Laura Zarate Quesada, fueron Cabeza y Canturosas. En las boletas aparecieron los nombres de Peña y Zarate, pero los verdaderos candidatos fueron Cabeza y Canturosas. Y a ambos los derrotó el PRI, con una estrategia que Gonzalo Rivera diseño. El premio a su más reciente contribución fue una patada en salva sea la patria.

Si a Gonzalo le hubiesen permitido continuar operando en Nuevo Laredo, el panorama para el PRI sería mucho mejor que como se ve en estos momentos. Pero ya no lo quisieron, se deshicieron de él, convencidos de que ya no lo necesitaban e incluso les estorbaba.

En el 2013, el PRI tuvo como operadores en Nuevo Laredo a Gustavo Rivera, Bladimir Martínez y Manuel Muñoz Cano. Los dos primeros aprovecharon la posición para engordar sus carteras y cuando se perdió la elección y alguien buscó comprensión por la pérdida, dijeron : ¿Perdimos?, perdiste tú” Y era cierto, los dos ganaron muchísimo dinero. Y nadie los llamó a cuentas y a Rivera hasta funcionario estatal lo hicieron.

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