Estado

Perdió la candidatura…

VIDA DIARIA
Por: Rosa Elena Gonzalez

“Ando buscando la candidatura”, ”quiero ser candidato de mi partido y voy a buscar serlo”, “estoy trabajando porque la busco”, esas son las palabras más frecuentes de los aspirantes a los puestos de elección popular en Tamaulipas.

¿Acaso no sabrán dónde se tiene que buscar?, ¿qué tienen que hacer para encontrarla? o será que de plano, aunque se resistan a aceptarlo algunos saben que será difícil que la encuentren y otros de antemano la tiene perdida.

Hasta se les conoce como los buscadores de tesoros perdidos, eso que sueñan encontrar y con ellos su vida cambiar, lo malo es que muchos ni siquiera saben cómo cavar para el camino al cumplimiento de sus anhelos encontrar.

Eso sí, muchos, por no decir todos, traen el mismo discurso, cambian algunas de sus palabras pero unos y otros aseguran que al encontrar la candidatura la gubernatura o alcaldías van a ganar y con ellos las condiciones de la gente van a mejorar.

Lo dicen con tanta vehemencia que casi les creemos que tienen la intención de actuar bien, hablan como si ya fueran ellos los que nos gobernaran, pero en su intento caen en contradicciones, gritan que andan buscando la candidatura y con ello prácticamente dicen que no la tienen o que ya la perdieron y su juego es para negociar y algo bueno alcanzar.

Los candidatos andan por todas partes pidiendo posada con su letanía de que siguen buscando la candidatura, la gente pierde la emoción porque muchos de ellos más que el interés de trabajar por el bien común les mueve sus deseos de poder, fama y fortuna.

La gente poco cree en los políticos con todo y que la mayoría de los encampanados piensan que en ellos sí, lo creen porque a donde van les reciben lo que les dan, incluso les aseguran que son los mejores, pobres, así como ellos mienten la ciudadanía también ya aprendió mentirles, les dicen lo que quieren escuchar pero a la hora de votar otro puede ser el actuar.

Mientras los políticos aprovechan estos tiempos y se dicen religiosos, creyentes, bondadosos, amigos del pueblo, gente de bien, bueno, hasta defensores de las causas perdidas, la gente sabe que mienten.

El pueblo les ve, escucha pero poco cree, para mala suerte de los aspirantes la ciudadanía tiene memoria, sabe que a la mayoría todas las virtudes que se adjudican les quedan grandes, muchos de ellos no conocen ni la lealtad con su familia, sus amigos, su partido, por lo tanto están muy lejos de sentir algo bueno por la gente que consideran lejana.

Claro, cuando se andan buscando, lo que muchos jamás van a encontrar y otros de los que creen ya la encontraron la pueden perder, pues los políticos serán capaces de vestirse de redentores y alegar que con ellos se verá la luz divina que traerá buenaventura a todos los ciudadanos.

Estos tiempos son propicios para que los aspirantes se disfracen de buena gente y salgan al encuentro con el pueblo tratando de venderse inmaculados, libres de todo mal y llenos de bondad.

Bendita Navidad, su proximidad hace que a todos los políticos se les ablande el corazón, se llenen de emoción y preocupación por la gente, bueno, al menos es lo que aparentan, sobre todo los que buscan una candidatura, esos que aunque en otros tiempos jamás se les ocurrió acudir a llevar felicidad a los niños de las colonias con posadas ahora andan muy aplicados aunque siempre esperando en estos encontrarla, la realidad es que muchos de ellos no la encontraran, la traen bien perdida.

Son ya muchos los que quieren y cada día amanece con un nuevo aspirante, el color o la ideología es lo de menos, todos dicen querer lo mismo, y si, lo que quieren es llenarse de gloria, con poder, fama y fortuna, lamentablemente para ellos solo hay una gubernatura y en los municipios una silla presidencial, por lo tanto la mayoría de los encampañados, aunque la busquen afanosamente no la encontraran, aunque su peor miedo es que desde ya les digan que perdieron la candidatura y ni siquiera los dejen negociar.

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