Estado

Ecos del GP

Maremágnum
Mario Vargas Suárez

Los ríos de tinta se empiezan a desbordar y los oídos se vuelven sordos de toda la información que en estos días fluye del acontecimiento deportivo y financiero del año en nuestro país.

Los que saben de números aseguran que de 360 millones de dólares invertidos el año pasado, esta vez redituaron hasta en dos mil millones de la moneda americana.

Mexicanos de todas las latitudes, aficionados y ‘villamelones’, de todas las naciones, desde la última semana de octubre, saturaron el aeropuerto de la Cd. de México por querer presenciar el Gran Premio de la Cd. de México.

Los hoteles de todas las estrellas se saturaron de tal forma que múltiples fueron los casos de los huéspedes que se quejaron de no respetar la reservación o por lo menos no les dieron la habitación contratada.

Lo principal era estar presente en El Gran Premio de la Cd. de México, aunque para algún sector de la clase política mexicana, se desconozca del tema. Lo realmente importante era estar ahí. Dejarse ver. Sonreír. Saludar.

Las redes sociales dieron buena cuenta de los políticos nacionales que de todos lados del país acudieron al Autódromo Hermanos Rodríguez para ‘sacarse la foto’ y hubo, créame usted, hubo comentarios muy fuertes, hirientes para la gran mayoría de ellos.
Tamaulipecos no fueron la excepción.

Volviendo al lado turístico se puede catalogar de éxito, porque también el precio de los boletos al Autódromo no fueron baratos.

Muchas agencias de viajes organizaron tours y las ganancias fueron pingües, lo mismo pasó con bares y restaurantes donde se armaron excelentes ambientes con las imágenes de las pantallas gigantes.

Los extranjeros, empezando con el ganador del GP Nico Rosberg, quien calificó de “…lo mejor de toda mi vida, la energía que había y el apoyo de los mexicanos, que ha sido tremendo. Estoy muy agradecido a México”, declaró a la BBC.

Los números dicen que el domingo 1 de noviembre asistieron a la carrera 110 mil personas, aunque sumados los asistentes de los tres días que duró el evento, se registraron 330 mil aficionados.

Los expertos en el tema aseguran que la entrada al Autódromo no fue barata porque los boletos de entrada -en los puntos de venta oficiales- estuvieron entre los mil 547 pesos (91dólares) y los 19 mil 244 (1.132 dólares).

Sin embargo, como en México todo se puede, la reventa no se hizo esperar y usted pudo conseguir boletos fuera de las taquillas oficiales en más de 13mil dólares -algo así como 221mil pesos mexicanos- por los asientos más privilegiados.

El informe oficial, según la Secretaría de Turismo, es que el espectáculo del GP lo vieron en 185 países y se calculó una audiencia potencial de 520 millones de espectadores que recibieron la señal de la carrera por televisión.

Un dato importante se refiere a las declaraciones publicadas por El Universal del subsecretario de Calidad y Regulación de la Secretaría de Turismo Sectur, Francisco Maas Peña, quien aseguró que la ocupación hotelera generó unos 45 millones de dólares y en total los beneficios totales serían cercanos a los 2 mil millones de dólares.

Si reflexionamos que México invirtió 360 millones y los cálculos de ganancias del GP se espera sean hasta los 2 mil millones, entonces ¡Claro que fue negocio! Solo podríamos esperar que parte de esas ganancias se reflejen en programas sociales.

Finalmente le comento que la periodista de El Universal, Karla Rodríguez, publicó que en las redes sociales se observó un video de escasos 30 segundos, donde algunos de los asistentes gritaron ofensas contra un político mexicano.

El ofendido fue Felipe Calderón Hinojosa, ex presidente de México (2006-2012) quien acompañado de Margarita Zavala, su esposa, escucharon insultos de unos aficionados, mientras se tomaban fotografías al finalizar el GP.
En el video se puede escuchar a un grupo de los espectadores que le gritan “asesino”, “sáquenlo”, “lárgate”, mientras el ex presidente Calderón, se limita a sonreír y a saludar a los presentes.
Comentarios: mario.vargas@starmedia.com

Notas relacionadas

Botón volver arriba