Estado

Narcos y periodistas, una vieja historia

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Informes de organismos de inteligencia federales tienen documentado desde hace años que la prensa michoacana se debate entre la adulación a los gobernantes, la sumisión a la delincuencia organizada –conseguida a base de dinero y amenazas– y la peligrosa opción de la independencia. El reciente escándalo del video que involucra al excorresponsal de Televisa Eliseo Caballero con La Tuta permite conocer más de cerca las redes que tejen las bandas delictivas y la medida en que están presentes en la vida pública, ya sea con voceros oficiosos o con mensajeros forzados.

MORELIA, Mich. (Proceso).- El video que muestra una reunión del líder de Los Caballeros Templarios, Servando Gómez, La Tuta, con el corresponsal de Televisa en el estado, Eliseo Caballero, y José Luis Díaz, director de la agencia Esquema, reavivó el viejo problema de la relación de la prensa con el crimen organizado en la entidad.

Desde que Carmen Aristegui difundió el material en su segmento de MVS Noticias, el lunes 22, el gobierno federal desempolvó una investigación que ya tiene años y en la cual se señala que al menos 30 reporteros locales han tenido una relación con la delincuencia organizada, principalmente con La Familia Michoacana y después con los Caballeros Templarios, que les han pagado por sus servicios.

Según el expediente del gobierno federal del que Proceso tuvo conocimiento, esos grupos delictivos controlaron por años a la prensa estatal mediante la cooptación y las amenazas, hasta que estalló el movimiento de las autodefensas ciudadanas, que pronto acapararon la atención de los medios de alcance nacional e internacional. A partir de entonces los Templarios buscaron a reporteros para pedirles su opinión sobre nuevas estrategias de propaganda. Fue el caso de Sergio Caballero y José Luis Díaz, con quienes organizaron varios encuentros.

Caballero, por su parte, afirma que nunca lo cooptó el crimen organizado. Insiste en que acudió a dos reuniones con La Tuta bajo amenazas y no para asesorarlo en el manejo de medios o contactarlo con otros reporteros.

Entrevistado en un restaurante del centro de Morelia, sostiene que dichos encuentros fueron entre junio y septiembre de 2013, uno de ellos fue grabado por gente del grupo delictivo; en éste aparece Caballero recibiendo unos billetes de mano del jefe criminal y dándole una opinión sobre el manejo de las mantas como estrategia de comunicación.

“Fueron mil 500 pesos los que me dieron. Si nos los recibía, creí que se iba a enojar y me podría matar. Yo sólo respondí a las preguntas que me hacía, sin hacer ningún compromiso porque lo que quería esta persona era aparecer en Televisa”, argumenta el reportero.

El diálogo se grabó en el pueblo de Tumbiscatío. A ella también fue José Luis Díaz, director de la agencia de noticias Esquema, que para el miércoles 24 ya estaba desmantelada y él escondido.

(Fragmento del reportaje que se publica en la revista Proceso 1978, ya en circulación)

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