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El nuevo sismo

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Maremágnum
Mario Vargas Suárez

La capital del país, desde el siglo XIX, fue ‘bautizada’ por el barón Alejandro Von Humboldt (1769-1859) como “La ciudad de los Palacios”, porque en aquél entonces estaba constituida por muchas obras maestras de arquitectura tanto de estilo barroco como neoclásicas.
Quienes saben de arquitectura siguen clasificando edificios como el Palacio del Ayuntamiento, al Palacio de Buenavista, el Palacio de Bellas Artes, el Palacio de las Comunicaciones, el Palacio de Cristal, Palacio de Iturbide, Palacio de Lecumberri, Palacio de Mármol, Palacio de la Minería, Palacio Postal, Antiguo Palacio del Arzobispado.
Todos con la categoría de “palacios”, no por capricho, sino por el tipo de arquitectura.
Precisamente en ‘La Ciudad de los Palacios’, el día de ayer nuevamente fue ‘sacudida’ por un sismo al filo del medio día, con una magnitud de 6.6 y epicentro en Tecpan de Galeana, del estado de Guerrero y frente a las costas del Océano Pacífico.
Según las autoridades del Sismológico Nacional en la capital del país, el primer dato fue de magnitud 6.7, pero más tarde se corrigió a 6.6 y finalmente quedó en 6.4. Se desconoce si el sistema de alarmas antisísmicas funcionó.
Aseguran las autoridades de la Secretaría de Gobernación, vía protección civil, que no hay daños importantes, aunque reconocen que algunos reportes extraoficiales apuntan a daños estructurales en algunos edificios en la colonia Peralvillo del DF.
En twitter están apareciendo fotografías de un puente para vehículos automotores en Técpan de Galeana, -donde fue el epicentro- que se vino abajo en uno de sus tramos. Las filas de los autos y camiones circulan entre el lecho seco de un río.
Lo extraordinario de estos casos, es que los mexicanos que habitualmente radican en estas zonas geográficas del país, las réplicas de los sismos “no las sienten” y el primero, ‘el que sacude’ puede causar pánico en quienes han tenido experiencias de esta naturaleza.
Norma Suárez Sánchez, ama de casa, originaria de chilangolandia y radicada en la zona del Ajusto en el DF, asegura que “…desde el temblor de 1985 quedé ‘tocada’, me da pavor que la casa se venga abajo, me da mucho miedo ver las lámparas moverse de un lado a otro y esa sensación de mareo que pareciera te vas a caer…”
“…Si estás en la calle y miras al cielo, los cables de la luz, del teléfono, de la televisión, chocan entre sí y muchas veces provocan chispas… si miras a la calle, el mismo piso pareciera una alfombra que es levantada en un extremo y vuelve a su lugar… los coches parecieran que van a chocar entre sí o se van a estampar a una de las casas por donde pasan…” dice angustiada y casi con vos llorosa, esta madre de familia del DF.
Los datos de la agencia Notimex confirman el epicentro, pero lo que llamó la atención fue el dato sobre la profundidad: 17 kilómetros y que suponen los movimientos van viajando en promedio de esa profundidad.
Solo para que se dé usted una idea, saliendo de Cd. Victoria, por la carretera a Monterrey, la Escuela Normal “Lauro Aguirre” del ejido San José de las Flores, del Municipio de Guemez, se encuentra localizada en el kilómetro 18. Compare.
Buscando mayor información, encontré que el Servicio Sismológico de la Cd. de México depende del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), no como erróneamente han citado algunas fuentes que lo relacionan con las autoridades del Distrito Federal o en su caso de la secretaría de gobernación.
Jessuly Centeno V., una estudiante del bachillerato en el también convulsionado estado de Morelos, dijo “Se siente padre, como si estuvieras emborrachada, pero sin tomar, todo parece que te da vueltas y no puedes caminar derechito porque te puedes caer… las casas rechinan muy feo, paredes, techos, pisos… no me gusta que tiemble pero es padre”.
En las redes sociales, particularmente en twitter el Sismológico señaló que “la última estimación del sismo de las 12:00 hrs del día de hoy es de 6.4. Hasta las 14 horas se han registrado 7 réplicas”.
En otros mensajes de twitter se leyó que la primera repetición y la de mayor magnitud ocurrió 16 minutos después del primero y su magnitud fue de 5.1 mientras que la segunda réplica quedó registrada a las 12:26 con una magnitud de 4.9 grados.
“Es el precio que tenemos que pagar a la naturaleza por tanto daño que le causamos al sacarle las cantidades de petróleo, porque quedan huecos ¿y con qué los rellenan?… la naturaleza es sabia y las capas de la tierra se tiene que acomodar…” expresó Reynaldo Licona Vargas, desempleado.

Comentarios: mario.vargas@starmedia.com

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