Maremágnum
Mario Vargas Suárez
Mientras el Secretario de Gobernación mexicano, Miguel Ángel Osorio Chong, sigue haciendo declaraciones en torno a su preocupación por la pacificación y solución de conflictos armados y por lo tanto de seguridad pública -yo apuntaría que hasta seguridad nacional- por desgracia seguimos siendo tema rojo en otros países.
Las agencias informativas mexicanas del Universal y Uno Noticias empezaron a difundir el editorial del periódico colombiano “El Tiempo” cuando compara “Las Autodefensas mexicanas con “Los Paras” de Colombia.
Los “Paras” se refieren a los grupos paramilitares.
Una verdad innegable es que desde la época colonial y desde el México Independiente ha habido grupos armados que de una forma u otra buscan la liberación, la independencia o el dominio de una fuerza política determinada.
El último ejemplo fue hace 20 años con el levantamiento ‘armado’ zapatista que al fin y al cabo, nunca se supo de combate abierto, no faltó quien lo calificara de una guerra mediática e incluso fomentada desde la cúpula del poder político y financiero de aquél entonces. Se insistía en la supuesta reelección presidencial.
Volviendo al periódico “El Tiempo” dice en su editorial: “Los paramilitares son otra mala noticia para México. Sólo el monopolio estatal de las armas y una justicia fuerte pueden contribuir a solucionar la guerra de múltiples cabezas que se libra en ese gran país”.
También señala que hay semejanzas notables entre el proceso que se desarrolla en México y el que vivió Colombia, la misma prensa mexicana habla del fenómeno de “colombianización” del país.
En una revelación sorprendente del asesor de la ONU, Edgardo Buscaglia, reveló que en el país hay 167 grupos paramilitares financiados por distintas sociedades, desde empresarios hasta por los mismos gobernadores.
Volviendo con el titular de gobernación, el hidalguense Miguel Ángel Osorio Chong, dice estar preocupado por el caso de Michoacán y optimistamente dice “vamos a salir adelante, lo hemos comprometido y por supuesto que vamos a hacer realidad el devolverle la paz a este estado”.
EL señor exgobernador del estado de Hidalgo, Osorio Chong, presumió los casos de Veracruz, Nuevo León, Chihuahua, Tamaulipas, que son zonas que han cambiado en el tema de la seguridad.
En la evaluación del secretario de gobernación, expuso para definir que se ha superado la problemática, es que “…anteriormente la información periodística difundida de estas entidades era de dos o tres notas negativas a la semana; hoy —dijo— si acaso es una.” aunque destacó que hay entidades como Guerrero, en donde existen dificultades, pero se avanza sin echar campanas al vuelo.
El Presidente de la Comisión Estatal Derechos Humanos de Michoacán, José María Cázares, consideró que Tierra Caliente “se ha convertido en una de las zonas más peligrosas del país”, debido a la proliferación de autodefensas y la presencia de grupos armados relacionados con el crimen organizado.
Además el ombudsman michoacano dijo que no se puede avanzar ni progresar “con la mitad del territorio incendiado”.
En su declaración Cázares reconoció la necesidad de detener a los grupos civiles armados con la misma fuerza que a los grupos delincuenciales, “para evitar una situación de caos y desorden que lleve a la gente a hacerse justicia por su propia mano”.
Finalmente le comento a usted que mientras algunas autoridades federales y estatales analizan, piensan, planean y en ocasiones actúan, en la capital del país se siguen discutiendo abierta o encubiertamente el caso de Michoacán.
En las nuevas y costosas instalaciones del nuevo edifico del Senado de la República, el Coordinador PANISTA Jorge Luis Preciado, en conferencia de prensa, insistió en que Fausto Vallejo debe renunciar a su cargo de gobernador.
Y se fue más allá cuando dijo que el Senado debe declarar la desaparición de poderes en Michoacán, además de que los legisladores federales deben abordar el tema de las autodefensas.
Para sorpresa de muchos y en una respuesta inmediata, el líder de los senadores de PRI, Emilio Gamboa Padrón, aseguró que no es un tema que debe discutirse en el Congreso. La gran interrogante, por consecuencia es: ¿Entonces en donde?
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