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Cambios en educación

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Maremágnum
Mario Vargas Suárez

Desde que empiezo a escribir esta columna -poco más de una década- estoy convencido de que es la Secretaría de Educación Pública (SEP) la parte ejecutora de la política en este ramo y la determinada el ejecutivo federal. Léase presidente de la república.
Estoy convencido de que es responsabilidad de la SEP, diseñar los contenidos o temas que se plantean en los programas de cada materia, para que en su conjunto surja el plan de estudios en educación básica.
Teóricamente los diseñadores curriculares son especialistas en educación que tienen como objetivo elaborar un temario para provocar cierta conducta, un actuar determinado en el alumno. Es decir, el estado mexicano elige qué tipo de egresado se formará en las aulas.
Aún más, el marco legal de la educación también señala la obligación del estado para la formación de profesores y para ello se crearon las escuelas normales, por lo que la misma SEP determina su plan de estudios y con él, qué tipos de maestros necesita para que interpreten y ejecuten los planes y programas de estudio de la educación básica.
Dicho sea de otro modo. El gobierno federal, por conducto de la SEP, forma el tipo de ciudadano que desea. Intervienen en este concepto la ideología que se espera formar cuando el niño alcance la edad adulta.
El maestro es un instrumento del estado.
Lo anterior viene al caso, porque en una nota periodística publicada en Excélsior, Carlos Ornelas, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, asegura que el 15 de enero pasado se hizo pública la convocatoria para los “Foros de Consulta Nacional para la Revisión del Modelo Educativo”.
Del artículo publicado por Excélsior, rescato los puntos de vista del investigador y las consideraciones que hace la SEP en lo que pudiera llamarse la autoevaluación institucional. En este sentido la SEP reconoce “… del total de instituciones públicas existe una diversidad entre las que se encuentran las escuelas normales experimentales, rurales, indígenas, beneméritas estatales y nacionales, centros regionales de educación normal e institutos… cinco Centros Regionales de Formación Docente e Investigación Educativa con la figura legal de organismos públicos descentralizados y que ofertan (sic) programas autorizados para la formación de docentes”.
El investigador de la UAM, afirma que existe “…pocas conexiones entre ellas, excepto que su control depende, en la mayoría, de fidelidad a los dirigentes del SNTE.”
Ornelas señala que en la severa autocrítica la SEP afirma que “… los programas de mejora instrumentados en los últimos 28 años no han logrado impactar en el cambio de las prácticas docentes… (no cuentan) con programas efectivos de mejora del profesorado y de prácticas educativas en las aulas que eleven sustancialmente la calidad en la formación docente”.
El mismo investigador no alude la base de los juicios de evaluación de la SEP, porque al mencionar 28 años, estamos traduciendo que los planes y programas de educación normal a partir del año 1986, fueron tachados de “grises”, “oscuros” y conste que son los sexenios de los presidentes Miguel de la Madrid (1982-1988), Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), Ernesto Zedillo (1994-2000) y el los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón, de 2000 a 2013.
Pese a la autocrítica de la SEP y del mismo Carlos Ornelas, de 1986 se traducen cambios sustanciales en la formación de maestros mexicanos, por ejemplo, en 1988 nace la primera generación de licenciados en educación.
Volviendo a la SEP, las expectativas se centran en el “Plan Integral de Diagnóstico, Rediseño y Fortalecimiento del Sistema de Normales Públicas”, no se ocultan las aspiraciones centralistas.
La convocatoria para los foros hablan de un propósito fundamental, lo que se interpreta como el currículum formal cuando se habla de la transformación de la educación normal como el fortalecimiento de la formación profesional docente centrada en el aprendizaje de los estudiantes, que asegure la calidad en la educación que impartan las instituciones y la competencia académica de sus egresados.
Finalmente le comento que se trasluce el currículum oculto cuando se lee que “Los gobiernos locales presentan diferencias en la gestión institucional de la formación docente, por lo que es necesario definir un marco normativo común en donde las entidades federativas y la autoridad federal establezcan criterios de calidad”.

Comentarios: mario.vargas@starmedia.com

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