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Violencia contra violencia

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En el binomio de actos vandálicos contra violencia encubierta del Estado, los que pierden son los movimientos civiles y la ciudadanía en general.

Y es que lo acontecido el pasado sábado 14 de diciembre a las afueras del Congreso de Jalisco pone de manifiesto que la Fiscalía General del Estado (FGE) utiliza prácticas similares a las de dictaduras militares, con policías encubiertos y vehículos sin placas.

Por otro lado los movimientos civiles terminan siendo carne de cañón para partidos políticos que buscan sacar ventaja de las manifestaciones ciudadanas. Al final, cuando la violencia llega, nadie se quiere hacer responsable. Movimiento Ciudadano (MC) acusó al PRI, y el PRI acusó a MC ser los provocadores.

El propio fiscal General del Estado, Luis Carlos Nájera, refirió luego del incidente: “Hay identificados partidos políticos y algunas otras agrupaciones y volvemos a decir, los invitamos a estos líderes para que inviten a su gente a que hagan manifestaciones pacíficas”.

Por un lado, Enrique Alfaro Ramírez había llamado a sus seguidores para que se manifestaran sobre la Plaza de la Liberación, y nunca llegó, por lo que sus presuntos seguidores comenzaron a dirigirse hacia la calle de Independencia dónde ya se había bloqueado la vialidad.

Por el otro, se dice que el de MC no se presentó porque se enteró que el PRI habría infiltrado “porros” en la manifestación.

Sin embargo, en medio de la trifulca estaban los regidores de MC en Guadalajara, Salvador Caro Cabrera y Candelaria Ochoa, acompañados por su coordinadora de prensa, Maribel Reyes, y el asistente del regidor, Francisco Félix Cárdenas, y este útimo aparece en fotografías de diarios locales vandalizando la ventana del Congreso y arrojando objetos al interior del recinto.

Finalmente fue intoxicado con gas lacrimógeno, pero es evidente que fue uno de los incitadores a la violencia en el recinto legislativo.

Por otro lado, a eso de las cinco de la tarde, un joven moreno, de baja estatura y pelo rizado llegó corriendo, enmedio del temor a que lo fueran a levantar, presentó a los manifestantes un video sobre el levantón de dos manifestantes, el hecho se dio en sobre la calle Hidalgo, a la altura de la Rotonda, en donde José Carlos Rivera Rosas y Rogelio Rodríguez, estudiantes de la Universidad de Guadalajara (UdeG), fueron levantados por oficiales vestidos de civil.

Fueron llevados en camionetas sin placas que posteriormente fueron identificadas por los fotógrafos como patrullas de la Fiscalía General del Estado (FGE).

Acusan panistas a alfaristas

Los panistas Miguel Ángel Monraz y Gildardo Guerrero acusan a Enrique Alfaro de haber propiciado los hechos, éste último nunca llegó a la manifestación bajo el pretexto de que había preparada una acción en su contra para desprestigiarlo.

El sábado, casi a las siete de la noche los legisladores comenzaron a salir, custodiados por un fuerte cerco policiaco que los subió a un camión.

En Internet se realizaron las convocatorias por la sesión de la mañana del sábado en el Congreso local sobre la Reforma Energética que el Poder Legislativo Federal aprobó el pasado 12 de diciembre.

Desde las siete de mañana del sabado una veintena de jóvenes estaban apostados en la puerta trasera del Congreso local, además de que la puerta principal estaba bloqueada y con pancartas de “clausurado”. Más de una decena de policías protegían la puerta trasera por lo que los empujones y roces con los jóvenes que cercaban eran muy frecuentes.

Había al menos una decena de policías resguardando la puerta, así como el jefe de seguridad del Congreso de Jalisco, quien en un forcejeo con los manifestantes tomó a uno por el cuello y lo amagó ahí durante unos cinco minutos.

Para las nueve de la mañana del sábado se tenían custodiadas las principales entradas del recinto legislativo, una hora después se habían logrado bloquear todas y cada una de ellas, con el apoyo de al menos diez personas en cada una.

A las diez de la mañana rondaba la noticia de que para sesionar en la comisión de Puntos Constitucionales hacía falta el diputado del Partido Verde Ecologista de México, Jesús Palos Vaca, cuyo ingreso al Congreso fue por la azotea, a través de La Fuente o El Mesón, según las versiones.

Al darse a conocer la entrada sigilosa del legislador, los policías que bloqueaban la entrada trasera del Poder Legislativo Estatal comenzaron a meterse e intentaron cerrar la puerta, los manifestantes empujaron la puerta, pero sus esfuerzos sirvieron de poco, por medio de patadas y empujones intentaron abrir la puerta de madera, pero no lo lograron.

En medio de la agitación, algunos comenzaron a gritar que se debía entrar por alguna ventana, uno de los jóvenes se subió a la reja y desde el balcón intentó entrar, pero no pudo. Desde abajo algunas personas –entre ellas Félix Cárdenas- tumbaron la protección de una ventana y lanzaron un trozo de ladrillo para quebrar los cristales, pero estos solo se estrellaron.

Entre los manifestantes que pugnaban por quebrar las ventanas se encontraba también un presunto trabajador de Petróleos Mexicanos que tomó la reja y pedía que lo ayudaran a abrir la ventana, otro de los manifestantes lo increpó y lo exhortó para que no realizaran actos vandálicospues la protesta era pacífica.

Tras una larga discusión se abrieron las ventanas y una decena de personas comenzó a ingresar al archivo del sindicato, oficina por la que se tuvo acceso, sin embargo tuvieron que salir rápidamente pues al interior los policías estatales actuaron y comenzaron a darles con la macana.

Desde afuera los manifestantes les arrojaron piedras y golpeaban los escudos con una de las ventanas, fue en ese momento en que fue lanzado el primer proyectil de gas lacrimógeno que lesionó la cara del trabajador de Pemex.

Cabe destacar la presencia de mujeres, niños y personas de la tercera edad que también fueron afectados por el fuerte ardor que provocaba el químico.

Después de que la policía lanzó el gas, los manifestantes se comenzaron a alejar hacia las calles de Pino Suarez y Belén.

Entre la refriega se dio a conocer que dos menores de edad habían sido retenidos por los antimotines, se trataba de Luis Ángel Arzola, de 15 años de edad, y Vladimir Virgen Gómez, de 17 años.

Después de las tres de la tarde, al ser aprobada la minuta de Reforma Energética, las consignas ya no eran para evitar la votación sino para exigir la liberación de los adolescentes detenidos. “Ahora ya no van a salir”, decían los manifestantes.

Eran las cinco de la tarde del sábado 14 de diciembre, una comisión encabezada por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) entró a negociar la liberación de las dos personas retenidas, al interior y de parte de las instituciones la negociación la llevó a cabo el secretario general de Gobierno, Arturo Zamora, quien pedía la retirada de los contingentes para poder liberar a los adolescentes.

Durante la consulta a los manifestantes, que se negaron a abandonar el lugar, al menos una treintena de antimotines ingresó al estacionamiento subterráneo para resguardar las oficinas de dicho estacionamiento, las cuales, según fuentes confidenciales, tienen un acceso al Congreso local.

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