Estado

Al mejor postor…

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CENA DE NEGROS

Marco A. Vázquez

La vieja escuela de políticos tiene entre sus máximas una frase lapidaria, triste, que exhibe de cuerpo entero el autoritarismo del sistema tradicional mexicano encabezado por un Presidente omnipotente que afirmaba “el poder no se comparte”.

Tal vez por ello observamos una propuesta de reforma política que privilegia una vez más la partidocracia, un intento patético por dar reversa a las modificaciones que obligó la Corte (acaso la sociedad) a realizar para permitir la participación de ciudadanos sin partido como candidatos a puestos de elección popular, los legisladores dicen que se permitirá la reelección de Senadores, Diputados, Diputados Locales, presidentes municipales, Regidores, y Síndicos siempre y cuando lo hagan por el mismo partido o si son independientes, por esa misma vía.

Se trata, pues, que los partidos políticos tengan todo el poder de eliminar a los alcaldes que no les sean afines o queden mal con sus negocios aun cuando tengan todo el respaldo popular o hayan cumplido bien su tarea, también se trata de que los ciudadanos independientes no encuentren estructuras que les quiten poder a los partidos.

Le digo, los viejos políticos tenían una forma perversa de ver la democracia y la han arraigado en los políticos de hoy, parecen los mismos o son los mismos, y lo peor es que ahora están patrocinados por siete partidos políticos que maman mucho del presupuesto.

Pero no es todo, la reforma política que se propone ya salió del Senado y será aprobada a más tardar la próxima semana en la Cámara de Diputados lo que significa que será una realidad que haya reelección, situación que se aplaudiría si nuestros servidores públicos de elección popular fueran decentes, no tuvieran relaciones peligrosas y de plano vieran primero por la gente que por su bolsillo y utilizaran el presupuesto de manera correcta no para autopromocionarse, pero no es así.

Es buena la reelección, si lo es, pero no en las condiciones de este país donde poderes de facto hacen y deshacen, lo que permitiría que delincuentes de cuello blanco, rojo y negro se pudieran enquistar en el poder y no dejarlo por muchos años a fuerza de ir de una reelección tras otra.

Cuando le digo poderes fácticos le hablo lo mismo de empresarios que pretenden tener leyes a su modo, pasando por partidos que quieren conservar el poder, y acabando por los hombres y mujeres que tienen mucho dinero y poder extraído de lo más oscuro de la política y la delincuencia, por eso es que se solicita mesura y revisar muy bien la propuesta de la reelección.

Imagine ahora mismo a los Alcaldes, Diputados, Senadores y otros funcionarios que han sido acusados de relaciones con la delincuencia o de enriquecerse robándose los recursos públicos buscar una reelección, es obvio que la van a ganar porque tienen el dinero y el poder para hacerlo.

Insisto, la reelección es buena porque obligaría a los legisladores, a los presidentes municipales a hacer bien las cosas, a cumplir sus promesas de campaña, a trabajar en bien de la sociedad, pero eso lo decimos cuando hablamos de una democracia ideal donde los políticos son decentes o pretenden serlo.

Por eso es importante impulsar, antes que las reelecciones, los exámenes de control y confianza obligatorios y como requisitos de elegibilidad para todos aquellos que quieran ser funcionarios de elección popular de cualquier nivel, la lógica dice que cuando garanticemos que vamos a tener políticos decentes podríamos impulsar la reelección para que sus experiencias sean aprovechadas y no andar reinventándonos cada tres años, pero no antes, no ahora, ni en tres años, quizá ni en seis.

Hoy es mejor el cambio de personajes que obliga a un cambio de intereses o por lo menos eso parece, todo indica que son tiempos para que los ciudadanos crezcamos por fin, adquiramos la mayoría de edad y obliguemos a los legisladores a trabajar por la gente y no por sus intereses particulares.

Dicen, y quizá dicen bien los políticos, que se violentarían los derechos humanos de las personas que quieren representarnos y “cuidar nuestro dinero” al exigirles los exámenes de antidoping, los psicológicos y demás, pero… ¿y los derechos de los ciudadanos de tener gobiernos y políticos decentes, quién nos los garantiza?

Se trata la propuesta de exámenes de control y confianza, finalmente, de encontrar una fórmula transitoria para ir eliminando la corrupción poco a poco, quizá no erradicarla, quizá se vuelva a caer en las garras de un hombre o mujer que burle todos esos candados, pero serían los menos, y de contrapeso tendrían a personas que si serían decentes y evitarían los abusos o latrocinios de siempre.

Es hablar de supuestos, de sueños, de deseos, sí, pero el llamado es para estar pendientes de lo que hace el Senado, la Cámara de Diputados, porque al final la reforma política y la electoral no se trata de compartir el poder con la gente, no, al final se trata de tener el monopolio del poder, y en casos más graves, se trata de la moneda de cambio que usa el PRI con el PAN para comprarles un voto a favor de la reforma energética que se propondrá y aprobará este mismo año, ya lo verá.

Lamentablemente con estas reformas, la política y la energética, se trata solo de buscar dinero para unos y sus cómplices, al PAN, al PRD, y a todos los partidos políticos y empresarios los compran con migajas, y si, en poco rato estará México al mejor postor, o en llamas, usted elija.

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