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Oaxaca simula la localización de un joven del DF desaparecido

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Desde enero de 2012

, las autoridades estatales aseguraron públicamente que habían encontrado los restos de Jesús Israel Moreno, un joven desaparecido en la entidad; la familia denuncia que nunca recibió el cuerpo y que todos los estudios forenses se hicieron sin el

El 4 de enero de 2012, la Procuraduría de Justicia de Oaxaca organizó una conferencia de prensa en la capital del estado para anunciar la localización, sin vida, del joven Jesús Israel Moreno, estudiante de geografía en la UNAM, quien permanecía en calidad de desaparecido desde seis meses antes, luego de visitar las lagunas de Chacahua. “Y en ese momento, el caso fue cerrado oficialmente, pero a mí –dice Carlos, su padre–, nunca me entregaron el cuerpo, y esto es por una sencilla razón: ese cuerpo nunca existió, todo fue un montaje para la prensa”.

Once meses después, el 20 de noviembre de 2012, el gobernador del estado, Gabino Cué (@GabinoCue), “me recibió para decirme que el procurador Manuel de Jesús López López le había informado que el caso estaba cerrado, que unos pescadores habían encontrado el cuerpo en el mar y que ya lo habían entregado a la familia”.

Carlos mira sus manos vacías cuando habla. “Pero la verdad es que nunca entregaron un cuerpo e, incluso, toda la documentación oficial sobre la defunción fue elaborada a partir de las declaraciones de uno de los supuestos homicidas: la autopsia, el dictamen de criminalística, el certificado de defunción, la descripción de lesiones, y también un dictamen de posición víctima-victimario… ¿Cómo pueden hacer todo esos estudios forenses, sin un cuerpo? Y a esto se suma que el supuesto asesino confeso se retractó de todo lo dicho, un día después de su presentación ante los medios, y también denunció que había sido torturado.”

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Carlos acepta como válida la retractación de este acusado, señala, porque la declaración ministerial que rindió, de por sí, era totalmente inverosímil. “Mi hijo tenía el cabello largo, pero el supuesto homicida lo describe con cabello corto; también dijo que le habían robado un iPad y una cámara, cuando mi hijo no tenía dichas pertenencias.”
Para sustentar esta declaración falsa, añade el padre de Israel, las autoridades, además, fabricaron otras pruebas. “La procuraduría estatal afirma que mi hijo llevaba una playera blanca, short negro y tenis blancos, cuando fue supuestamente asesinado; sin embargo, los únicos tenis blancos que tiene los dejó en casa, además de que logré recuperar la mochila que quedó en el lugar donde se hospedaba, y sé qué ropa falta, sé qué ropa traía puesta el día que desapareció: una camisa del Cruz Azul, una bermuda café y sandalias negras, nada qué ver con la descripción de las autoridades”.

De hecho, el día en que el procurador López López anunció públicamente el “esclarecimiento” de la desaparición de Israel, el funcionario informó que éste fue asesinado en julio de 2011, por cuatro pescadores de las lagunas de Chacahua –donde el estudiante vacacionaba–, quienes lo golpearon y acuchillaron a bordo de una panga (bote de remos), para robarle sus pertenencias y, luego, tirarlo al agua en la desembocadura al mar.

El procurador no informó, sin embargo, que las tres pruebas que se hicieron en el bote de los pescadores, en busca de rastros de sangre, dieron negativo.

Verdades de papel

Cuando el 20 de noviembre de 2012, Carlos notificó todas estas irregularidades al gobernador de Oaxaca, principalmente la falsa entrega del cuerpo a su familia, Gabino Cué se comprometió a dar seguimiento al caso y, desde entonces, el padre de Israel ha sido convocado en tres ocasiones por el procurador estatal para rendir nuevas explicaciones. No obstante, acusa, “hasta la fecha, un año y medio después de que se anunciara la localización de mi hijo, yo sigo sin pruebas de que esto fuese cierto… Esta afirmación de las autoridades sólo se sustenta en boletines de prensa y certificados falsificados”.

Y es que los documentos oficiales sobre la defunción, destaca el papá de Israel, presentan una irregularidad particular: “El dictamen de criminalística tiene una fecha previa a todos los exámenes forenses que lo componen, lo que quiere decir que primero fueron elaboradas las conclusiones, y luego los certificados que las sustentan. Esa es la base del montaje.”

Todos estos documentos, denuncia Carlos, “no me los ha proporcionado la Procuraduría de Oaxaca, todo esto lo vine a conocer gracias a que uno de los agentes que lleva la investigación le vendió el expediente a la familia de los acusados, y ellos me los mostraron a mí… es decir: documentos que a mí me ocultaron, gente de la misma procuraduría se los vendió a los acusados por debajo del agua.”

Pero el ocultamiento va más allá, afirma. “Me parece evidente que las autoridades están encubriendo a los verdaderos culpables. Y tengo una prueba: el 27 de diciembre de 2012, cuando me notificó la Procuraduría que en los siguientes días darían una conferencia de prensa para anunciar la conclusión del caso, me mostraron la credencial de elector de mi hijo, pero según los registros oficiales, esta prueba la tenían en el expediente desde un año y medio antes. La Procuraduría ocultó durante año y medio la identificación que portaba mi hijo, lo que demuestra que la autoridad tiene o tuvo contacto con sus captores, y cuando he pedido explicaciones sobre la forma en que obtuvieron la credencial, no me dicen nada…”

Desde el 8 de julio de 2011, fecha en que los papás de Israel perdieron contacto con él, ha pasado un año y once meses. Y la búsqueda no cesa, aunque el dolor se acumule.

“Hace poco –recuerda Carlos– una amiga me dijo ‘sabes qué, ya ni tus ojos brillan, y caminas diferente’, y sí, yo he notado que si bien físicamente me siento bien, ya no hay ese brío que en algún momento tuve, todo el tiempo hay una fijación en el pensamiento de querer saber dónde está, qué pasó

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