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PEÑA NIETO ENTREGA HOY PRIMER INFORME CON VIOLENCIA AL ALZA, INCONFORMIDAD POR REFORMAS Y PROTESTAS

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El 24 de noviembre de 2012, el semanario británico The Economist consideró que la predicción maya sobre el fin del mundo no había sido entendida a cabalidad.

Más que el anuncio de la hecatombe anunciada en México, se trataba de una renovación económica y social de la que, el protagonista sería el nuevo Presidente, Enrique Peña Nieto, quien escribiría frescos días del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el poder, con una imagen tanto telegénica como efectiva. “Muchas de las cosas que el mundo cree saber ya no son ciertas”, apareció en la editorial de la legendaria publicación.

Ese fructífero guión pareció cumplirse aquella primera alborada del 1 de diciembre de 2012, cuando se iluminó la parte oriente de Palacio Nacional y Enrique Peña Nieto atravesó los umbrales altísimos, vestido con un impecable traje a la medida, como encarnación de la esperanza, para colocarse la banda presidencial.

Pero la esperanza era para el exterior. Aquí, dentro, en el país, era todavía el hombre sombrío de la campaña: impostado, elegido sólo por su galanura, sin la popularidad suficiente, con fama de inculto, errático en la palabra y proclive al ocio.

Lo primero se impuso. El estratega silencioso y habilidoso que describría la prensa extranjera salió con las primeras luces. Apenas cumplía dos meses de gobierno cuando su gobierno detuvo a la dirigente magisterial, Elba Esther Gordillo, por desvío de dinero del sindicato.

El país se recuperaba de esa sorpresa cuando, en acuerdo con los partidos de oposición en el llamado Pacto por México, el Presidente había logrado la aprobación legislativa de tres leyes que habían permanecido empantanadas durante 12 años: la Educativa, la de Telecomunicaciones y la de Amparo. Este vertiginoso historial de logros le dio a Peña Nieto la imagen de un gobernante interesado en destrabar pendientes esenciales para el país.

En México, los grupos empresariales le aplaudieron y otra publicación internacional lo mostró como reformista. La revista Time lo escogió como uno de los “100 personajes más influyentes” y su imagen característica de pelo intacto le dio la vuelta al mundo en una de las diez diferentes portadas de esa casa editora. Después de ello, Peña Nieto fue invitado a almorzar con el Grupo de los 8 en Irlanda del Norte. La consideración, en palabras de la embajadora de Gran Bretaña en México, Judith McGregor, fue: “Por sus destacadas reformas pactadas con la oposición”.

Nueve meses después y a punto de rendir su Primer Informe de Gobierno, aquella imagen de líder está deshecha. La recesión económica, las reformas estancadas en el Congreso por la premura del envío, la opacidad, la crisis de seguridad, un número de pobres con tendencia a crecer y un cúmulo de muertos que cada vez, apila a más, pero sobre los que el Presidente guarda silencio, componen la penumbra en la que hará su primera rendición de sus cuentas.

La manifestación del 1-D se convertiría en un gigante enfurecido. Crecería tanto que le impediría llegar puntual la mañana siguiente al Congreso de la Unión para tomar protesta. En su primer informe de Gobierno –lo que para sus antecesores priistas representó la gran fiesta-, el Presidente Enrique Peña Nieto ni siquiera se acercará a los confines del recinto de San Lázaro.

El 1 de diciembre, la toma de protesta no duró más de 15 minutos, pero la gresca alcanzó a la madrugada del 2, con un saldo de 27 detenidos y decenas de lesionados. La fecha se agregó como una de las heridas más profundas de la historia porque hasta ahora, se desconoce, quién o quiénes provocaron esa revuelta que dejó carcomido al Centro Histórico y rotas decenas de vidas. En agosto de 2013, diez días de manifestaciones de los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en contra de la aprobación de la Ley General Docente (ley secundaria de la Reforma Educativa) han colmado al Gobierno de la República al punto de modificar dos veces la sede desde la cual, el jefe del Ejecutivo se dirigirá a la Nación para su Primer Informe de Gobierno.

Peña Nieto se aferró a un protocolo sin precedentes: entregará el documento al pleno del Congreso de la Unión, instalado en la Cámara de Diputados y al día siguiente le hablará a los mexicanos desde Los Pinos. A la Presidencia de la República le bastó un comunicado de un párrafo para precisar tales formas. Pero el abanico de dudas abrió estas preguntas: ¿Quiénes serán los invitados? ¿En qué salón de la residencia se efectuará el acto? ¿Habrá fiesta, como antes, como cuando los Presidentes emanados del PRI saludaban desde un coche sin caparazón y eran bañados de confeti tricolor? La información la abundó Eduardo Sánchez, vocero de Seguridad del Gobierno federal en el noticiario que conduce Joaquín López Dóriga en Radio Fórmula a la 1:30 de la tarde del 29 de agosto.

El mismo espacio mediático al que recurrió el Presidente cuando fue operado de un nódulo tiroideo y los rumores sobre una supuesta salud quebradiza, crecían. El vocero de Seguridad afirmó que el Informe sería en la Residencia Oficial de Los Pinos. Admitió que esta táctica tiene el propósito de que no continúe la alteración de la vida en la Ciudad de México. “… Será un evento en el que habrá invitados durante el mismo y se hará una transmisión simultánea para radio y televisión”, dijo. Pero las alteraciones ya palpitan. De hecho, ya están aquí.

Este fin de semana no sólo ocurrieron en contra de la Ley General de Servicio Profesional Docente, sino también por la Reforma Energética que de aprobarse, modificará los artículos 27 y 28 de la Constitución y permitirá la inversión privada en la exploración de hidrocarburos. Cuauhtémoc Cárdenas, el tres veces candidato a la Presidencia por el PRD, el hijo del General Lázaro Cárdenas del Río, quien nacionalizó el petróleo en 1938, llamó a movilizarse. Desde el Monumento a la Revolución hasta el Zócalo capitalino, lo siguieron cientos de mexicanos. En cuanto a lo que hará la CNTE, la zozobra es la única certeza.

EL OCTAVO PRESIDENTE QUE NO LLEGA AL CONGRESO

Peña Nieto protagonizará el octavo informe que, en forma consecutiva, no es leído ante el pleno del Congreso de la Unión. Esta cronología de impedimentos se inició con Vicente Fox Quesada.

El ex Presidente panista, y el primero de oposición en la historia del país, no logró ingresar a la Cámara de Diputados el 1 de septiembre de 2006, agobiado por grupos de la izquierda, en medio de sospechas de su intromisión en la elección presidencial para encumbrar a su correligionario, Felipe Calderón Hinojosa.

Ya con la banda presidencial, Felipe Calderón jamás acudió a rendir su informe al recinto de San Lázaro. Producto de una elección disputada y sabedor de sus circunstancias, modificó el artículo 69 constitucional y así diluyó la obligación de presentarse ante los legisladores.

Según él, se proponía acabar con la fiesta tradicional que envolvió durante décadas a los mandatarios priistas. Lo logró, de cualquier forma. En este escenario legal, Enrique Peña Nieto puede hablarle a la Nación en el sitio que él decida.

LA DESOLACIÓN

A diferencia de sus antecesores panistas, el Presidente Enrique Peña Nieto no ha hecho suya una cifra meta para el crecimiento de la economía mexicana. El 18 de mayo, se encontraba en la inauguración de la fábrica de café soluble más grande del mundo y recibió pésimas noticias. El resultado para el Producto Interno Bruto (PIB) había sido de 0.8% en el primer trimestre del año. Él dijo que el dato no era satisfactorio y conminó a concretar las reformas estructurales para no depender de la economía global. Pero los meses pasaron y el paisaje se tornó cada vez, más desolador. La cifra del indicador volvió a tener signo negativo en el siguiente trimestre. Los analistas leyeron lo que el Secretario de Hacienda, Luis Videgarary Caso, negó: “Recesión”.

La serie desestacionalizada del PIB de tendencia ciclo que elabora el Instituto nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) revelaba que en el segundo trimestre de 2013, la economía había caído 0.44% en comparación con los tres meses anteriores, cuando acumuló una contracción de 0.02%. En seis meses de gobierno peñista, la inversión fija bruta llevaba cinco meses con datos negativos. El consumo de los mexicanos había bajado 7.25%. Aunado a ello, en agosto, el Banco de México, por undécimo mes consecutivo, informó que las remesas desde el extranjero experimentaron una caída de más de 13% con respecto a mayo del año pasado para situarse en dos mil 34 millones de dólares.

EL GRAN FANTASMA: EL DESEMPLEO

En este mar de cifras hay fantasmas. El del desempleo es el más nítido. Para el segundo trimestre del año, había 2.6 millones de mexicanos sin trabajo formal. Una tasa de cinco por ciento de la PEA. Esta cifra es superior al 4.8% reportado en igual periodo de 2012. La curva creció. Se ve así: la desocupación a nivel nacional tiene 0.06 puntos porcentuales más, de 5.07% a 5.13. Aunque el 22 de julio, al firmar el Programa de Formalización del Empleo 2013, el Presidente Enrique Peña Nieto dijo que un México incluyente requiere del rediseño de políticas públicas para crear más empleos y aunque expresó que el trabajo ambulante es una solución falsa, los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) señalaron que de abril a junio, todas las modalidades de trabajo formal representaron 59.1% de la población ocupada, dato menor al del mismo periodo de 2012, que fue de 59.9%.

BALANZA COMERCIAL, LA BRUTAL ASIMETRÍA

El gobierno de Enrique Peña Nieto arrancó mientras las ventas al exterior de productos mexicanos se estancaron. El INEGI informó que en enero de 2013 el déficit preliminar de la Balanza Comercial era de dos mil 879 millones de dólares, comparable con el de enero de 2012, de 274 millones de dólares. El país mantiene desequilibrio con casi todos sus socios, pero un superávit con Estados Unidos, país al que le envía el 85% de sus productos.

Y la China lejana se avecinó. Es con ese gigante asiático con quien México mantiene una brutal asimetría comercial que en 2012 superó los 50 mil millones de dólares; es decir, por cada 10 unidades que importa, exporta una. No obstante el desequilibrio, China es el segundo socio de México, después de Estados Unidos. Con tal historial, el pasado 4 de junio, el presidente Xi Jiping aceptó la anfitronía de su homólogo mexicano, después de una tensa relación bilateral. Su encuentro quedó asentado en una declaración conjunta que incluye once acuerdos culturales y comerciales. A partir de ahora, la carne de cerdo podrá ingresar al país asiático, así como todas las categorías de tequila.

INFRAESTRUCTURA Y TURISMO

De acuerdo con su declaraciones y el Plan Nacional de Infraestructura y Transporte, Enrique Peña Nieto, tiene el objetivo de convertir a México en un gran centro logístico global y de alto valor agregado. Otro de sus objetivos es que México se convierta “otra vez” en potencia turística. Al presentar las cifras de la inversión en Infraestructura de su primer semestre, el primer mandatario dijo el 14 de junio que el ritmo de inversión fue del orden de 181 millones de pesos diarios y que se ha propuesto que la inversión alcance un punto de 280 millones de pesos diarios en infraestructura.

En cuanto al Turismo, apenas el 21 de agosto, le dio posesión al gabinete de ese rubro. En ese evento anunció una inversión de ocho mil 631.2 millones de dólares para el sector que representa el tercer ingreso de la economía mexicana y que, como nunca, padeció pérdidas durante el gobierno anterior debido a la crisis financiera mundial de 2009, la Influenza AH1N1 en el mismo año y una imagen de un país carcomido por la violencia.

Los ingresos de divisas de visitantes internacionales registraron un incremento de 7.7% al pasar de tres mil 599 millones de dólares en el primer trimestre de 2012 a tres mil 876 millones de dólares de enero a marzo de 2013. Se trata de un sector que se muestra recuperado. El PIB de la actividad turística creció 2.1% durante el primer trimestre de 2013, respecto al mismo periodo del año anterior.

LOS POBRES Y PEÑA NIETO

Cuando concluyó 2012, en México había 53.3 millones de mexicanos pobres, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

La cifra es mayor a los 52.8 millones que había durante 2010.

La población vulnerable por ingreso, aquella que está por debajo de la línea de bienestar pasó de 6.7 millones de personas a 7.2 millones de personas. Es decir, tienen hambre porque no tienen qué comer ni qué sembrar, ni dónde trabajar, ni a dónde ir.

En los mapas de la pobreza del organismo evaluador, este universo poblacional aparece en color marrón. Significa que su circunstancia es dramática y requiere ayuda emergente.

Son parte de los más pobres entre los pobres. Los miserables, en términos de la Organización de las Naciones Unidas. Cumplen con la mayoría o con todos los indicadores de carencia social en los que se basa el Coneval para medir la pobreza extrema: rezago educativo y falta de acceso a los servicios de salud, la seguridad social, la vivienda, los servicios básicos y la alimentación.

En ese panorama, el Presidente Enrique Peña Nieto anunció en Las Margaritas, Chiapas, una de sus primeras políticas: la Cruzada Nacional contra el Hambre, basada en el programa Hambre Cero, impulsado en Brasil, por el ex Presidente Luiz Inácio Lula Da Silva. Aunque esta Cruzada está diseñada para quienes padecen hambre en México, el programa gubernamental –la insignia de la política social- excluyó a decenas de miles de individuos en pobreza extrema.

Lo arroja así una revisión por número de personas de la lista de 400 municipios considerados en la Cruzada, así como el análisis de medición de pobreza por municipio del Coneval. Por ejemplo, en Chihuahua dejó fuera a siete mil 848 de Batopilas –el segundo municipio más pobre de México de acuerdo con la SEDESOL-; cuatro mil 279 de Carichí en la Sierra Tarahumara, nueve mil 43 de Urique y ocho mil 237 de Balleza. En Sinaloa a 15 mil de Badiraguato. En Durango, a once mil 384 de Tamazula. En Querétaro a 10 mil 104 de Pinal de los Amores. En Chiapas a dos mil 912 de San Andrés Duraznal.

En Jalisco, a seis mil 488 personas de Mezquitic. En Yucatán, a nueve mil 803 de Chemax.

En Guerrero, a 13 mil 338 de Amatán. Y hay más ejemplos.

ELLOS, LA PRIMERA CRISIS

Fue la administración de la Cruzada Nacional contra el Hambre la que le trajo al Presidente Peña Nieto la primer crisis política. Desde el anuncio del programa, el Partido Acción Nacional (PAN) criticó su alcance. La Diputada y ex Secretaria de Desarrollo Social, Beatriz Zavala, ofreció una conferencia de prensa en febrero. Mostró que en la mayoría de los 400 municipios a los que se orientarían los planes gubernamentales habría elecciones este año; además de que muchos otros con pobreza alimentaria habían sido excluidos. El conflicto estalló como bomba el 16 de abril. El PAN presentó una denuncia penal por la utilización del padrón del programa Oportunidades y la Cruzada para atraer votos al PRI en Veracruz.

En el entramado habrían participado 59 servidores públicos, hoy bajo proceso por delitos electorales. Entonces, el Pacto por México –el acuerdo fundamental de Peña Nieto con la oposición- se quebró. No sólo el PAN, también el Partido de la Revolución Democrática (PRD), amagó con no regresar si Rosario Robles, la Secretaria de Desarrollo Social, no era despedida y los programas para los pobres, blindados. Al principio, Peña no mostró serias preocupaciones. En este contexto, pronunció una de sus frases más marcadas en la memoria social: le dijo a Robles en Zinacantán, Chiapas –y al lado del ex Presidente de Brasil, Luis Inácio Lula–: “No te preocupes Rosario. Hay que aguantar”. Pero al romperse el Pacto, Peña Nieto se vio obligado a posponer unas semanas la presentación de la Reforma Financiera. Con este pendiente, se presentó en la Convención Nacional Bancaria de Acapulco. Y su imagen de reformista empezó a desmoronarse. El 6 de mayo, el Presidente y los dirigentes de los tres principales partidos políticos, signaron un adéndum al Pacto por México que tiene un punto esencial: el compromiso del Gobierno Federal de blindar los programas sociales regidos por la Sedesol en los procesos electorales.

A los pocos días, fue presentada la Reforma Financiera. Rosario Robles no fue destituida.

SEGURIDAD: SILENCIO SOBRE LOS MUERTOS

En un discurso que parecía romper con la estrategia del sexenio precedente en materia de seguridad pública y nacional, el Presidente Enrique Peña Nieto dijo el 15 de abril, en Monterrey, Nuevo León, en el foro “México en Paz” que lo más importante de su política de Seguridad es el privilegio de la inteligencia por encima de la fuerza. Fue la primera vez que habló de la violencia del país.

Su plan quedó delineado en cinco puntos. El primero, la planeación para reducir homicidios, secuestros y extorsiones. Otro, la prevención, aspecto en el cual trabaja una comisión intersecretarial con 118 mil millones de pesos; el tercero, la protección de los derechos humanos a través de las nuevas leyes de Víctimas y de Amparo. El cuarto, la coordinación entres los tres niveles de gobierno y la reorganización de los recursos del Estado para “lo más importante”, que es “generar confianza”. En el quinto, la agenda de reformas constitucionales para la administración de justicia.

Pero Peña Nieto no rompió con su antecesor. Arrancó su estrategia de seguridad en Michoacán, justo donde Felipe Calderón inició la guerra contra el crimen organizado en 2006 (la que ocasionaría células delictivas, la que dejaría campo abierto a la muerte que hasta ahora, parece no ceder).

Peña Nieto nombró como Secretario de Seguridad Pública (SSP) a Alberto Reyes Vaca bajo cuyas órdenes están unos cinco mil nuevos elementos en esa entidad. En forma paralela, surgieron las policías comunitarias. Un día de julio, 20 soldados quedaron en una trampa, entre las guardias civiles y los cárteles. Michoacán empezó a desgajarse. VIOLENCIA Y POLICÍAS COMUNITARIAS Michoacán se convirtió en el microcosmos de la violencia en el país. La confluencia del Ejército, el crimen organizado y las policías comunitarias de autodefensa arrojó unos 50 muertos y decenas de desaparecidos en julio. El objetivo de estas policías era enfrentarse a la inseguridad, marcada por grupos de narcos que cobraban por derecho de piso o dominaban las regiones a placer.

La defensa ante la violencia tomó otra cara. En Guerrero fue más dura. Ahí se levantó en armas la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC), una institución popular y autónoma de control territorial, vigilancia comunitaria y administración de justicia organizada a escala regional, con más de 18 años de formación. Las armas eran precarias como palos y piedras. Con ellas, se enfrentaron al gobierno del estado. En la antesala del informe de Peña Nieto, apenas el viernes, esta organización en Tixtla, Guerrero, informó que había 70 policías comunitarios desaparecidos tras un desarme realizado por el Ejército y la Marina. Y describió una escena: el Ejército Mexicano efectúa rondines cerca de El Fortín y El Santuario, “de manera intimidatoria, como buscando a quién detener”.

Tener en sus entrañas al fenómeno de la violencia, le cuesta a México más del 15% del PIB y su gasto para encararla, resulta mayor que el destinado a la Educación, según un documento del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

LOS MUERTOS SE AMONTONAN

Durante la actual administración, los desaparecidos están ausentes de todas las exposiciones y anuncios. La única alusión a los muertos de la actual gestión la hizo Peña Nieto en la 34 sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, el pasado 27 de agosto.

Dijo, el Presidente, que los homicidios relacionados con delitos federales habían bajado en 20% durante su gobierno. Pocas horas antes que el informe llegue al Congreso de la Unión, el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) dio a conocer que en lo que va del sexenio ocurrieron 12 mil 598 homicidios, mil 32 secuestros, cinco mil 242 casos de extorsiones y 90 mil 202 robos de vehículo con violencia. En esta estadística, el sistema no especificó cuáles habían sido culposos; es decir, con una intención vinculada a la mafia.

Pero el semanario Zeta de Tijuana, con base en la estadística del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de los municipios y de los estados, había hecho su propio conteo días antes: 13 mil 775 ejecutados en los primeros ocho meses de gobierno de Peña Nieto.

Los estados con más homicidios culposos fueron Guerrero con mil 441, Chihuahua con mil 277; Estado de México (la tierra del Presidente) en tercer sitio con mil 217, Jalisco con mil 94 y Sinaloa con 924. Las ciudades con más homicidios dolosos: Acapulco (625), Distrito Federal (521), Tijuana (389), Culiacán (334) y Ciudad Juárez (295). Muchos, como para guardar silencio. ¿Y LA TRANSPARENCIA? Con todo, la Presidencia de la República no ha completado el contenido de su sitio de Internet para informar a los ciudadanos sobre el quehacer del primer mandatario y ejercer –a voluntad- la transparencia. De acuerdo con la Secretaría de Hacienda son 12 las unidades responsables de la Presidencia de la República, pero en la página sólo se listan cinco, poco menos de la mitad. El Plan Nacional de Desarrollo (PND), bajo el título “Rendición de cuentas y combate a la corrupción”, le dedica sólo tres párrafos a este ámbito político que hace una década mantuvo a México a la vanguardia en Latinoamérica. En el escenario de la Transparencia, por ahora, parece predominar el estancamiento.

El periodo ordinario de sesiones concluyó el 30 de abril y en la Cámara de Diputados quedó empantanada la reforma al artículo 6 constitucional que le brindaría autonomía al Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI). Hay otro elemento en este paisaje de incertidumbre. En este momento, los 250 órganos internos de control de la Secretaría de la Función Pública (SFP) deben ser desmantelados, conforme a la Reforma a la Ley de la Administración Pública, publicada en el Diario Oficial de la Federación el pasado 2 de enero.

La misma legislación ordena que esas atribuciones empezarán de nueva cuenta una vez que esté lista la Comisión Anticorrupción. Ni uno ni lo otro está en funciones.

La Transparencia quedó en un páramo. Las reformas en este ámbito quedaron fuera de la agenda del nuevo periodo extraordinario de sesiones efectuado del 21 al 23 de agosto: uno para el Senado, el segundo para la Cámara de Diputados. Esas sesiones se efectuaron fuera de los recintos de ambas cámaras.

Los maestros de la CNTE las habían tomado. EL PACTO POR MÉXICO O “LA TRAMPA” A través de este convenio político, firmado en diciembre, Peña Nieto había logrado construir una imagen de reformista. Sostenido en los pilares del pacto, logró presentar iniciativas de reformas estructurales que durante 12 años –de los gobiernos panistas- estuvieron empantanadas. Las reformas Educativa, de Telecomunicaciones, Financiera, Energética, así como la Ley de Amparo fueron enviadas al Congreso de la Unión en estos nueve meses de gestión.

Hoy, el Presidente Enrique Peña Nieto prefiere no asistir a la Cámara de Diputados a rendir su Informe.

Se estima que cuando se instale el pleno, manifestaciones en contra de las propuestas para enmendar la Constitución impidan todo paso.

SINEMBARGO.MX

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