Estado

Sonría como si nos quisiera…

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CENA DE NEGROS

Marco A. Vázquez

La marcha del silencio caló hasta los huesos, parecía que los instrumentos de la banda de guerra lloraban sus 10 caídos, atentos, otros 260 policías que se graduaban en ese momento escuchaban las notas mientras sus familiares, a las orillas, se mostraban serenos, unos sentados, la mayoría de las esposas muy jóvenes y cuidando niños de tres o cuatro años que ajenos corrían de un lado a otro, unas más, incluso, cargaban en brazos a sus bebés.

Una salva de honor que provocó a algunas mujeres llevarse las manos a la cara y apretarla para evitar que corrieran las lagrimas.

Por fin la ceremonia de graduación de los nuevos policías acreditados en Tamaulipas concluía en su fase formal, con una foto del recuerdo, una foto de la que algunos dijeron, “servirá para el facebook”.

Se hicieron simulacros, un policía habló del compromiso con la sociedad de los nuevos elementos de seguridad en el Estado, prometió todo su esfuerzo y el de sus compañeros, eso, dijo, más el valor; el Secretario de Seguridad Pública habló de las 190 patrullas y el equipamiento nuevo que se entregó a esta dependencia, también de los elementos, y aseguró que todo marcha conforme a los planes y proyectos.

Egidio Torre Cantú, gobernador de Tamaulipas, también dio su discurso, ofreció una mejor atención y correspondencia al sacrificio de los policías desde donde sea posible en el presupuesto del Estado.

Posterior a ello, en entrevista con la prensa, habló de la Gendarmería que creará el gobierno federal, de los compromisos del presidente Enrique Peña Nieto de tener un México en paz, de cómo los gobiernos se entrelazan en sus presupuestos y tareas para ir dando mejores resultados a Tamaulipas.

De ahí siguió quizá lo más importante del evento, notar el animo de la policía, de los nuevos elementos, de sus mujeres y hombres, y la buena noticia es que todo parecía fiesta con todo y que Rafael Lomelí, el Secretario de Seguridad, les pedía que pusieran cara de malos.

Policías, hombres y mujeres, uno a uno se le acercaban para la foto con el gobernador, inflaban el pecho, presumían a sus pequeños hijos, hubo quien hasta a su mujer le habló para que la familia completa se fotografiara al lado del ejecutivo.

Aprovechaban los segundos a su lado, hacían comentarios, el gobernador respondía breve, bromeaba.

En resumen, una parte y otra estaban felices, y eso al final de día se tiene que reflejar en un mejor Tamaulipas, en un Estado más fuerte y con una policía acorde a nuestros tiempos.

Así, mientras el gobernador se tomaba las fotografías el Secretario de Seguridad habló de que esta administración recibió 20 policías municipales y no se podía cubrir el Estado ni con 20 elementos por municipio de los estatales, de los avances dijo que a la fecha van más de 2 mil 700 policías acreditados, con cursos, que de inmediato están cumpliendo su trabajo, y reconoció que la tarea apenas va cumpliéndose.

“Porque necesitamos más de 8 mil 500 policías”, habría dicho con el consabido “pronto lo vamos a lograr porque estamos acelerando el paso”.

Explicó que la buena respuesta de quedarse en la policía y acreditarse, o atender a la convocatoria para nuevos elementos, se debe a los sueldos cercanos a los 12 mil pesos, los seguros de vida, la capacitación, las becas para los hijos, las viviendas, y otros beneficios que se ofrecen a los elementos de seguridad pública que puedan superar las pruebas de control y confianza.

La prisa comenzaba en el gobernador, un evento demasiado amable pero tener que atender otro compromiso lo hacía dar instrucciones una y otra vez a su equipo, y de pronto se le plantó una mujer policía y le dice:

“Yo quiero la foto, pero quiero que sonría mucho, así, como si nos quisiera”.

La espontaneidad lo sacó del estrés que le causaba la prisa de seguir a otro evento, suelta una carcajada y le dice Egidio a su interlocutora mientras la acercaba a las cámaras, “entonces espéreme”.

Después de las fotos el gobernador la mueve hacía su persona, la aprieta en el abrazo y le dice en voz baja mientras hacia señas de dinero y apuntaba su mirada al nuevo equipo.

“Claro que los quiero, a usted en especial ya la quiero, y no solo voy a sonreír lo van a notar y lo van a sentir”.

Las fotos siguieron, los elementos acreditados mostraban con orgullo el estandarte de la policía, una policía que no sabemos si vaya a ser buena, muy buena, regular, mala o muy mala, pero que de entrada tiene una ventaja a las existentes en los últimos años, parece que ya recuperó el orgullo de serlo, y eso debe dar buenos resultados.

Le dejo el twitter @gatovaliente, también el correo electrónico y la cuenta de facebook a sus órdenes para lo que guste y mande… marcovazquez20001@hotmail.com

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