Estado

Saldo electoral negativo para el PRI

IMG_1106

 

 

 

 

 

 

El Fogón
Los saldos de la elección
José Ángel Solorio Martínez

¿Cambió Tamaulipas después de la elección del 7 de julio?

Y lo más interesante: ¿Qué cambios ocurrieron tras las elecciones locales de la entidad?..

8 ayuntamientos y 6 distritos locales perdidos por el partido en el gobierno son muchos. Si a eso le sumamos que de esos municipios en donde el PRI pasará a ser oposición, dos son de fundamental relevancia demográfica, económica y políticamente, el balance parece oscurecer un poco la perspectiva oficial. Efectivamente: Matamoros y Nuevo Laredo son territorios cuya presencia en la vida sociopolítica del estado son indispensables. Los otros, con todo y su reducido interés representan un conglomerado social, que adicionado al par de mastodontes norteños hacen casi el 40 por ciento de la votación tamaulipeca.

Con esos datos…

¿Se puede esbozar una sonrisa del deber cumplido?

Sí y no.

Sí, tomando en cuenta el antecedente de que los candidatos priístas y su dirigente Ramiro Ramos iniciaron la campaña con negros augurios. Se daban por perdidos Tampico, Madero, Victoria, Mante, Tula, Nuevo Laredo, Matamoros y otros.

No, si se visualizan los datos duros de los votos. En términos numéricos, sólo Río Bravo y Reynosa, mostraron que sus estructuras electorales operaron eficientemente. Tanta operatividad exhibieron los priistas riobravenses y reynosenses, que las ventajas sobre sus más cercanos contendientes inhibieron conflictos poselectorales tan prolíficos en estos lares.

Ciudad Victoria es una paradoja. El candidato priista triunfó con apenas 50 mil votos seguido por Gustavo Cárdenas con 40 mil y Arturo Soto el panista con 30 mil. En un análisis numérico, aritmético simple, se infiere que el tricolor y su candidato no llenaron sus planes de campaña: consideraban que obtendrían al menos 60 mil votos. Y si se suman los votos de Cárdenas y Soto, son 70 mil que hacen un preocupante universo, para un alcalde que enfrentará a una sociedad con mentalidad mayoritariamente opositora.

E ahí la paradoja: el PRI en Victoria, es la minoría mayor.

E ahí el conflicto: ¿Cómo operar, con ese monumental déficit de consensos?

Desvincular la administración estatal del PRI tamaulipeco, es un ejercicio de sofistas. Antes de preguntar qué va a hacer el institucional ante los resultados de los comicios, es obligado preguntar qué va a hacer –o qué puede hacer el gobierno estatal- con el mensaje en forma de sufragios que el electorado envió desde las urnas.

¿Actuó de forma correcta el PRI en el proceso de selección de candidatos?..

¿Se procesaron con prestancia, equidad y justicia las candidaturas para alcaldes y para diputados?..

¿Qué municipios y qué distritos no se hubieran perdido, si los priistas postulados hubieran sido los idóneos?..
(Algunos escépticos, nihilistas de la política, con el argumento retórico de “el hubiera no existe” pretenden liquidar el pasado. Pero el “hubiera” tan existe, que es una pieza fundamental en el análisis político contrafactual).

¿Se consensó con los grupos de poder locales, regionales y nacionales el lanzamiento de candidatos?..

¿Fue Ramiro Ramos, el dirigente que la coyuntura tamaulipeca demandaba?..

¿Acaso hay que traducir el mensaje del dirigente nacional César Camacho, de que Ramiro tiene que dejar el PRI?..

Los resultados del 7 de julio, restablecieron el obstruido diálogo entre la entidad y el Centro. Se tiene que aprovechar esa oportunidad. Sólo resta, enviar una terna al CEN del PRI, para el palomeo del reemplazo de Ramos.

Otra razón fundamental:

El próximo proceso priista en Tamaulipas, será propiedad de la Federación.

Notas relacionadas

Botón volver arriba