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RODOLFO TORRE CANTU, UN CRIMEN NARCOPOLITICO

V I E N T O / H U A S T E C O

 

( El 28 de junio de 2010, siendo candidato del PRI a gobernador de Tamaulipas lo asesinaron en una operación de precisión comando militar. El crimen sigue impune, las autoridades confían en el olvido social)

Carlos F. Salinas Domínguez

A Rodolfo Torre Cantú, médico uateño, lo escogió el gobernador de Tamaulipas Eugenio Hernández Flores como candidato del PRI para sucederlo en el cargo por ser el precandidato más dócil, más manipulable, con menos formación política y le garantizaba cuidar sus intereses.

Al aceptar la candidatura sabía en lo que se metía, ya que Tamaulipas se había tornado en un narcoestado en el que los gobernadores anteriores: Cavazos, Yarrington y Hernández, se asociaron con los narcotraficantes y el crímen organizado. Pagó con su vida sus ambiciones políticas.

El asesinato de Rodolfo Torre Cantú es uno más de la infinidad de crimenes políticos que han sucedido en el México de los años de la revolución de 1910 y los años muy violentos de la postrevolución, en que los militares se volvieron criminales y surgieron los pistoleros profesionales.

Al respecto Ricardo Garibay (escritor y periodista) captó muy bien el ambiente de crímen político y la sociedad de los políticos y los pistoleros, en el argumento de la película “Los hermanos del Hierro”, ambientada en la región de la Ciudad de Reynosa, hay un diálogo entre Pedro Armendáriz, en el papel de general y Julio Alemán, en el papel del pistolero Martín del Hierro, dice así:
— Se trata de esto, yo no quiero volver a ver a Fidencio Cruz.
— ¿ Quién es él ?
— No te importa, la cosa es que no lo quiero ver, sí un dia eres político ya te darás cuenta….yo necesito que se muera ese Fidencio Cruz.

El talento de Ricardo Garibay entendió y lo proyecta en el diálogo la asociación de la política, los políticos, los pistoleros y el crímen político.

Los crímenes políticos de la etapa referida, la revolución y la postrevolución, se inician con los asesinatos del presidente F. Madero y el vicepresidente Pino Suárez, sigue con el del presidente Venustiano Carranza, continúa en 1927 con la matanza del general Francisco Serrano y sus acompañantes en la tragedia de Huizitlac. Al respecto, Marte R. Gómez, el exgobernador de Tamaulipas, respondió al historiador John W. Foster Dulles, cuando estaba escribiendo la crónica de la revolución que tituló “Yesterday in México”. “…el general Serrano sabía perfectamente en lo que se metía, sabía que exponía su vida en la contienda por la presidencia de la república…”. El 17 de julio de 1928, el presidente electo Alvaro Obregón es asesinado en el restaurante “La Bombilla”, por León Toral, un potosino, fanático religioso.

Así como el general Francisco Serrano, sabía en lo que se metía, Rodolfo Torre Cantú, sabía que su vida iba de por medio en su ambición por ser gobernador de Tamaulipas.

Muy contemporáneos y muy comentados son los asesinatos de Luis Donaldo Colosio, y el asesino solitario en que casi nadie cree. Y el de José Francisco Ruiz Massieu, en que participaron tamaulipecos en complicidad con Raúl Salinas de Gortari. Siguen en la cárcel Daniel Aguilar Treviño y los hermanos Rodríguez; Manuel Muñoz Rocha, desapareció, nunca más se supo de él.

Antes del asesinato de Rodolfo Torre Cantú, a cuatro días de celebrarse las elecciones en las que iba a triunfar sin contendiente de peso enfrente en los anales de asesinatos de gobernadores se recuerdan, entre otros, dos muy sonados e historiádos.

El 25 de junio de 1936, por la tarde noche, en el muy popular y concurrido Café Tacuba de la Ciudad de México, fué asesinado mientras cenaba en compañia de su esposa el gobernador electo del estado de Veracruz, Manlio Fabio Altamirano, entraron al lugar varios pistoleros de la cofradía “La Mano Negra”, integrada por pistoleros veracruzanos al servicio de los terratenientes que se oponían al reparto agrario, le dispararon quemarropa, salieron, nadie los detuvo, el crímen quedó impune. Ese asesinato le permitió llegar a gobernador a Miguel Alemán, que fué candidato, siempre se dijo, en los corrillos y periódicos que estuvo implicado en ese crímen.

El 21 de febrero de 1944, durante la coronación de la reina del carnaval de Mazatlán, el gobernador de Sinaloa, el coronel Rodolfo T. Loaiza, muy ligado a Emilio Portes Gil, fue asesinado en el patio del hotel Belmar por el pistolero, uno de los más famosos de México, Rodolfo Valdes Valdes, “El Gitano”, se le aprehendió , en poco tiempo salió de la cárcel. El asesinato se lo achacan al general Pablo Macías Valenzuela, probablemente el primer narcogobernador, ya que cuando lo fué de Sinaloa se asoció con los “gomeros”, también fue secretario de la defensa nacional. A “El Gitano”, le achacaban 300 asesinatos, a lo que contestaba que sólo habían sido 200.

Por lo que el asesinato de Rodolfo Torre Cantú, viene siendo uno más de los crímenes políticos que nunca se aclaran y quedan en la impunidad. Las autoridades federales y las estatales se atienen al olvido social para su no hacer. Y la sociedad tamaulipeca está tan aterrorizada y ha visto tantos crimenes que el asesinato de Rodolfo Torre Cantú, es uno más de los centenares que se han cometido en los últimos años

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