Sin categoría

Conflicto religioso

Conflicto religioso

Tiempo de opinar

Raúl Hernández Moreno

La jerarquía católica está convocando a realizar manifestaciones, primero en los Estados, el 10 de septiembre y luego otra nacional, el 24, para exigir que el gobierno dé marcha atrás a la iniciativa de ley que en mayo presentó el Presidente Enrique Peña Nieto para que se los matrimonios entre personas del mismo sexo sean constitucionales, así como el derecho de estas parejas a adoptar.

La cúpula de la iglesia católica está unida en torno a este asunto, desde la Conferencia del Episcopado Mexicano, las diócesis y arquidiócesis, todos juntos, como uno solo, lo cual nos recuerda el episodio que oficialmente se dio de 1926 a 1929, cuando la iglesia desafió al Estado mexicano. Fue una guerra civil que dejo alrededor de 250 mil muertos y que se prolongó hasta fines de la década de los años treinta, en estados como Tabasco y Chiapas.

El conflicto de hoy se ha endurecido con el paso de los meses. Hay quienes incluso ven en este conflicto una de las razones por las que el PRI perdió en 7 de los 12 Estados en las elecciones del 5 de junio. Desde el púlpito, los sacerdotes habrían hecho una campaña en contra del PRI y sus demonios liberales.

Vivimos en un país de libertades religiosas y de libertades en muchos otros ámbitos. Habrá a quien no le guste la paella, el futbol, Televisa, pero no por ello se debe prohibir a quienes disfrutan un buen plato de paella, se emocionan con el América o con las telenovelas de Televisa. Es muy su gusto y muy su derecho.

En el caso de los matrimonios entre parejas del mismo sexo, las parejas tienen un derecho natural de hacerlo y el Estado está obligado a protegerlos. El Estado está obligado a proteger los derechos de las minorías. Sería un absurdo permitir que sea una encuesta la que decida derechos se les deben otorgar y cuáles no.

Con todo y las restricciones religiosas, la sociedad mexicana ha avanzado en este tema de los matrimonios del mismo sexo, porque estas parejas tienen el mismo derecho de los heterosexuales o de los asexuales.

El argumento de que las parejas del mismo sexo no pueden inculcarles valores morales a sus hijos, es tan falso como asegurar que un matrimonio entre una mujer y un hombre es garantía de que sus hijos tendrán los mejores valores.

Es lamentable que la iglesia se muestre excesivamente drástica en este tema y en cambio, en el caso de los curas pederastas insiste en proteger a estos depredadores y en vez de permitir que se les juzgue penalmente, como a cualquier otro delincuente, se limita a cambiarlos de adscripción o los envía a casas de retiro para que arrepientan de haberles destrozado las vidas a niños y niñas. Lo peor es que todo esto lo tolera el Estado, que en vez de perseguir y castigar a los curas pederastas, voltea la mirada a otro lado, porque no quiere generar conflictos.

Con todo y lo que pueda asegurar la jerarquía católica, estamos convencidos de que la opinión de sacerdotes, monjas, de los laicos, es de una mayor tolerancia frente a los homosexuales, los matrimonios entre personas del mismo sexo y las adopciones. Porque a final de cuentas el sacerdote si conoce a su feligresía, por nombre y apellido y sabe cómo son.

Notas relacionadas

Botón volver arriba