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DE LAS ALTAS EXCPECTATIVAS AL HARTAZGO CIUDADANO

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Raúl Hernández Moreno

Mayo 21

Leticia Salazar y Carlos Canturosas llegaron a las alcaldías de Matamoros y Nuevo Laredo, respectivamente, con altas expectativas por parte de la ciudadanía, cansada de las raterías de sus antecesores, Alfonso Sánchez Garza y Benjamín Galván, respectivamente.

En el 2013, The City Mayor Foundation, designó a Sánchez Garza como uno de los 10 mejores alcaldes del mundo, lo que no impidió que los matamorenses se volcarán a las urnas el 7 de julio de ese año y le dieron el triunfo a Leticia Salazar con 96 mil 720 votos y 71 mil 188 del PRI.

En Nuevo Laredo, Canturosas ganó con 84 mil 467 votos y 47 mil 238 del PRI. A Canturosas le favoreció la fama de ladrón de Benjamín Galván, que sin embargo murió convencido de que había sido el mejor alcalde en la historia de Nuevo Laredo.

Unas cuantas semanas bastaron para que tanto Leticia Salazar como Carlos Canturosas enloquecieran, al manejar 1,400 millones de pesos la primera y 3 mil millones el segundo. Ambos creen que el dinero es suyo y que pueden gastarlo, regalarlo, tirarlo, hacer lo que quieran y que nadie les va a llamar la atención.

Creyendo que el dinero todo lo puede, que compra complicidades, que calla voces, Leticia destinó 60 millones de pesos en el 2014 para el pago de convenios con medios de comunicación y Canturosas destino 100, convencidos de que de esa manera nadie hablaría de sus excesos, de sus abusos, de sus irregularidades.

Sin embargo, un año y medio después la imagen de ambos se derrumbo y hoy todo mundo los ve como son: locos por el poder, mentirosos y practicando un abusivo ejercicio de sus funciones.

A Leticia Salazar, la periodista Daniela Micha la acaba de poner junto a la pared, al informar sobre el presunto mal uso de 200 millones de pesos en obra pública, mediante 31 empresas, algunas fantasmas.

En Nuevo Laredo, una auditoría a la obra pública comprobaría lo que es un secreto a voces: que a proveedores y constructores el gobierno de Canturosas les cobra hasta el 40 por ciento de comisión por la asignación de contratos.

Hace dos meses se dio el histórico caso de que se declaró desierto un concurso de obra, lo que solo habla del tamaño de los irregularidades que se están dando.

El diputado Enrique Rivas está estrenando una residencia que le costó más de 300 mil dólares, que lícitamente no ganará en los tres años como legislador; el síndico primero, Antonio Martínez se dispone a construir un palacio cerca del Club Campestre; el propio alcalde ya compro una residencia en la colonia Madero y un rancho de varios cientos de hectáreas en Coahuila. Por supuesto, no están a su nombre.

Algunos agradecidos canturosistas dicen que este es rico de abolengo y puede darse esos y más lujos –como regalar camionetas del año–, pero lo curioso es que estos lujos no se los daba antes de ser alcalde.

Cuando no era alcalde, iba a Las Vegas en un vuelo regular de Allegiant Air, saliendo de Laredo, Texas, pagando 200 dólares por un vuelo redondo y ahora renta aviones privados.

Por cierto que para quienes aseguran que antes de ser alcalde, Canturosas nunca trabajo –porque no se le puede llamar trabajo cuando estuvo como delegado de Profeco, como regidor o cuando estuvo en el IMVISU– les diremos que se equivocan. Después de que se graduó como abogado se dedicó a defender a paisanos apresados en los puentes internacionales. A traficantes de armas, pues.

Votar por el PAN en Matamoros y en Nuevo Laredo, es votar por la corrupción, por el saqueo, por la irresponsabilidad, por la impunidad. Señores panistas, denle la espalda a quienes han hecho del PAN un negocio particular.

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